Opinión

CENSURADO

En cuanto hay ocasión, en España se vuelve a la censura y se prohíben expresiones e imágenes que contradigan el pensamiento dominante, complaciente con lo grosero y que califica toda sutileza de machismo.


No hace mucho, aquí se tapaban con mantones las fotos de descotadas, con largos refajos a las minifalderas, y se calificaba de gravemente peligrosas las películas con beso apasionado.


Luego, llegó la libertad absoluta. Tanto, que la gente practica el sexo públicamente con el ímpetu exhibicionista de los culturistas, filma porno casero para venderlo por internet y va a las televisiones para cobrar por pregonar sus perversiones, incluyendo el bestialismo.


En este contexto llegaron las feministas de Rodríguez Z., ministras y similares, más o menos jóvenas que quieren ser llamadas miembras.


Rigurosas ursulinas, se enfadaron muchísimo estos días con Alfonso Guerra por hablar de Trinidad Jiménez, pupila de Z. fracasada tantas veces en Madrid, como la 'Señorita Trini': consideran insulto el término señorita.


Quizás porque en otros tiempos las señoritas inspiraban desasosiego libidinoso en los hombres, y las feministas gubernamentales quieren apagar todo deseo entre ambos sexos, que llaman géneros. Parecen preferir que la atracción sea solamente entre hombres, y entre mujeres.


Ahora, un organismo cursi y telecontrolado por el pensamiento políticamente correcto Aido ha prohibido un impactante anuncio de ropa Polo en el que se ve una señorita desnuda, calzada con unas botas de equitación, y con un trofeo, una gran copa deportiva, que oculta sus señas sexuales.


Censura progresí que simultáneamente declara no apta para menores de 18 años una película realizada por una hija de Martin Luther King contra el aborto, acto quirúrgico que pueden practicar legalmente sin permiso familiar niñas de 16 años.


Caverna progresí igual a caverna reaccionaria: censura, inquisición, el mismo género de buitres.


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