Hay dos propuestas del Podemos poco divulgadas pese a que proponen establecer una dictadura de efebos fanáticos y violentos si alguien se opusiera al Caudillo.
Una, expuesta en internet por importantes “círculos”, es la de impedirle votar a los mayores de sesenta años porque ya eligieron en el pasado, y al quedarles poco futuro no deberían comprometer el de los jóvenes.
Otra, directamente de Pablo Manuel Iglesias Turrión, propone que los adolescentes de 14 años participen en las elecciones internas de Podemos con igual peso que los adultos. Ni Franco llegó tan lejos con el Frente de Juventudes, sus cachorros defensores.
Tras decretar que el voto efébico tiene tanto valor en el partido llamado a regir del país, Iglesias Turrión exigirá extender el poder de sus propios cachorros a todos los rangos políticos y sociales, desde los ayuntamientos a las CC.AA., y al gobierno del Estado. Turrión explotará así “la generosa sangre joven”, bolivariana y pasionalmente calentada, para enviarla entusiasmada a conquistar heroicamente “el Estado español”. Las sociedades sin el consejo de los mayores como contrapeso a los jóvenes fogosos, fogosos y fácilmente fanatizables, están abocadas a la guerra y al totalitarismo. Adolescentes cantando un poético himno sobre el radiante futuro, con botas y garrotas de montaña, uniformes de okupas, azules o pardos -- es igual--, aplastan despiadados todo lo que pisan, como los veinteañeros Alejandro y Atila. Una sociedad de casi niños de toda tendencia sexual henchidos de fe y amor al Caudillo aplastará a los mayores de edad, cínicos que perdieron la pureza ideológica conforme ganaban años.
Los que cumplieron la sesentena son peligrosísimos: dudan más por viejos que por diablos, por lo que habrá que librarse de ellos legislando la eutanasia a demanda, naturalmente, de los efebos.
