Opinión

España, estado de malestar

A la mayoría de los españoles les va bien en su vida personal, en su trabajo, con lo que los rodea, pero atraviesan un permanente malestar que el filósofo, divulgador y catedrático José Luis Pardo trata de explicar en su libro recién aparecido, “Estudios del malestar”, el último premio Anagrama de ensayo. El malestar se experimenta especialmente en la clase media, a la que los populismos tratan explotar prometiéndole mundos que siempre resultan mucho más horrorosos. 

Si Pardo fuera francés, con sus 16 libros y decenas de artículos académicos y de divulgación, sería venerado en las universidades y consultado por los líderes de opinión y por los políticos, como los “Nuevos Filósofos”. Formado en el marxismo, Pardo ha superado esa etapa infantil del racionalismo, por lo que advierte que el comunismo que dirige los nuevos populismos -alusión a Podemos- es una ideología intrínsecamente mala. Lo demuestra al razonar que sus desastres en el mundo llamado socialista no fueron consecuencia de la corrupción de sus seguidores, como alegan los neocumunistas, sino porque hace que los hombres se corrompan. 

Este es un punto de vista importante para analizar las consecuencias del marxismo en la vida real: la idea no es buena porque vuelve malos a los hombres (la corrección política no echará de menos que no se diga “y a las mujeres”, porque para ella todas son santas). El caso es que estamos descontentos, y tenemos que preguntarnos también sobre la responsabilidad de los medios informativos que sólo vemos lo malo, minoritario y ocultamos lo bueno, mayoritario.

Creemos ver de cerca el hambre y la miseria, que en el mundo no llega ya al diez por ciento de la población, cuando hace pocas décadas estaba en el treinta: seamos algo optimistas.

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