Podemos, Izquierda Unida, los verdes de Equo y las confluencias españolas de todo origen están mucho más cerca de Marine Le Pen y de los demás ultraderechistas europeos que de los socialistas, liberales y populares, e incluso de Vox, que condena a Nicolás Maduro. Lo han demostrado en la votación del Parlamento Europeo (PE) que reconoció como presidente interino de Venezuela al presidente de la Asamblea Nacional, su Parlamento, Juan Guaidó. La izquierda y la derecha más ultra de Europa, con los separatistas catalanes y vascos apoyaron al bananero y alocado tirano venezolano en contra la gran mayoría der la Cámara.
Recuerdan a Cela en los 1950, cuando escribió La Catira pagado por otro dictador y golpista, elegido presidente fraudulento, Marcos Pérez Jiménez, que creó un proyecto filobolivariano para Venezuela, el “Nuevo Ideal Nacional”, antes que Hugo Chávez.
Nadie sabe cuánto dinero de Chávez y Maduro ha ido a las arcas de los ultras de izquierdas y derechas; Cela cobró entonces tres millones de pesetas. En el caso de la condena del PE a Maduro los ultras aparentemente opuestos se retrataron: apoyan las tiranías con la excusa de luchas contra el imperialismo, excelente para ellos porque es imperialista toda conducta de las democracias contra sus aliados y financiadores.
Podemos y sus aliados razonan que aceptar a Guaidó como presidente es como hacerlo con Ana Pastor, presidenta del Congreso español. Pero ella, como tercera autoridad nacional, es la responsable del país en ausencia del rey y del presidente del Gobierno. Y en Venezuela hay un presidente ejecutivo ilegítimo fruto de unas elecciones fraudulentas, Nicolás Maduro, con un gobierno de narcomilitares que eliminó la Asamblea Nacional legítima para sustituirla por otra “co0nstitucional” más favorable a los narcos.
