Opinión

Lucha inútil conta el clima

De los 193 países miembros de la ONU, 174 firmaron esta semana en Nueva York el compromiso de reducir la producción de los llamados gases de efecto invernadero para evitar que el planeta se caliente más de dos grados centígrados desde hoy hasta finales del siglo XXI. Pero nadie puede asegurarle a los habitantes del planeta que porque algunos consuman menos combustibles fósiles se reducirá el supuesto calentamiento en apariencia por causas antropogénicas.

Hay numerosos científicos que afirman que las variaciones de sol son el gran motor que produce el cambio climático: alrededor del año 1000 el mundo se calentó aún más que esos dos grados, y se enfrió posteriormente.

Si los países avanzados dejan de consumir petróleo o carbón cambiándolos por energías renovables, más caras, los de rentas inferiores querrán mejorar su calidad de vida con fósiles, que irán abaratándose. El consumo de los viejos combustibles del mundo desarrollado se trasladaría a las poblaciones que desean su mismo nivel de vida, aunque sus gobiernos firmen acuerdos que nunca cumplirán.

Veámonos la Tierra como lo haría un marciano: aquí viven medianamente, y como mucho, una cuarta parte de sus habitantes, unos 2.000 millones, pero todavía quedarían tres cuartos, 6.000 millones, deseando gozar de sus mismo placeres vitales. Son casi 6.000 millones de personas que quieren coches, aire acondicionado, viviendas confortables y, sobre todo, buenos alimentos que exigen mucha energía producirlos; aparte de que aún quedan unos 800 millones de pobres mal alimentados.

Lo que ocurre es que el mundo avanzado trata de abandonar el consumo de combustibles fósiles a medio plazo, y a la vez espera que los pobres sigan pobres, sin consumir energía contaminante. Pero no van a conseguirlo, aunque sus dirigentes firmen muchas promesas en la ONU.

Te puede interesar