Opinión

Nuestra ruina griega

Podría decirse Podemos ya gobernó Grecia, la llenó de miseria, y la hundirá mucho más si gana las elecciones del 25 de enero la ultraizquierda de Syriza, hermana gemela del partido del pequeño Pablo Manuel Iglesias Turrión.

Decir que Podemos ya gobernó y hundió Grecia es una hipérbole, pero justificada porque debemos analizar los gobiernos no según su ideología, sino por sus acciones.

Cuando Grecia ingresó en la UE en 1981 y en el euro en 2001, su economía estaba siendo explotada ya por un gigantesco aparato de empleados públicos que vaciaba los presupuestos de ese país atrasado y bastante pobre que es un cuarto de la superficie de España, un cuarto de su población, pero una renta per cápita casi igual.

Esa economía extractiva y poco productiva --inspirada, atentos, por profesores de Políticas, politólogos--, se sostiene con una deuda creciente que, al margen de las falsas cifras oficiales, podría llegar hasta mil por cien de los 251.000 millones de euros del PIB, cifra que los bancos ocultan para evitar una debacle general.

Y es que, como promete hacer el Podemos español, los políticos que se alternaron en el poder griego en las últimas décadas atiborraron el país de servicios públicos insostenibles.

Decían repartir riqueza y creaban funcionarios, como los barrenderos de los ferrocarriles, que cobraban sueldos de 70.000 euros anuales, aunque últimamente se los redujeron algo.

El conservador Costa Karamanlís, era un pequeño Pablo: llegó a contratar entre 2007 y 2009 hasta a 115.000 nuevos funcionarios, muchos para vigilar a los controladores que controlaban a los inspectores de los vigilantes de los ricos

En Grecia ya gobernó Podemos muchos años, pero ahora puede llegarle un Podemos peor, la Syriza aclamada por el pequeño Pablo y sus politólogos extractivos.

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