Los ideólogos de Podemos no copian el chavismo para traerlo a España, sino que crearon en Madrid parte de la teoría para experimentarla en Venezuela y Ecuador, y una vez comprobado que funciona, han conseguido reintroducirla aquí en varias sentencias de la justicia.
Por el camino han destruido parte de la libertad de prensa en esos países americanos al someter los medios al control censor del Estado.
La Audiencia Nacional acaba de absolver a 18 autores del asedio al Parlamento catalán en junio de hace tres años, para los que el fiscal pedía cinco años de cárcel por delito contra las instituciones del Estado y atentado contra la autoridad.
Una muchedumbre enfurecida acorraló a los diputados, algunos manifestantes pidiendo su muerte, y les produjo verdadero pánico.
El pasado febrero la Audiencia Provincial de Madrid había sentenciado ya que el acoso de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Ada Colau al domicilio de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, no era delito, sino libertad de expresión.
La juez ponente fue Isabel Valldecabres, ex asesora de Bibiana Aído, que denunció un “escrache” contra esa prodigiosa ministra socialista, pero rechazo ver lo mismo con la vicepresidenta popular.
En el caso catalán el ponente de la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional fue el progresista Ramón Sáez Valcárcel, vinculado a Izquierda Unida y fan declarado de Baltasar Garzón.
Es él quien, a imitación de Podemos, redactó que a como en España no hay auténtica libertad de prensa en los medios informativos privados, es lógico el acoso masivo a los políticos para que se oigan las reclamaciones ciudadanas.
Vamos camino del chavismo, y esta vez desde una Audiencia Nacional con magistrados aspirantes a estrellas garzoniles de un posible régimen bolivariano.
