Como decía yo ayer, me está dando en la nariz que Europa nos ha retirado el saludo y eso a mí me preocupa francamente. Más al parecer que a los integrantes del pacto que nos gobierna, nacido de una sesión de investidura marcada a sangre y fuego por la concesión de amnistía a los delincuentes que protagonizaron la rebelión del independentismo catalán y convirtieron su comunidad en un territorio en estado de sitio en el que no hubo muertos por milagro divino más que por otra cosa. También me está pareciendo que, al contrario de una anterior corriente de benevolencia para con los prófugos que ha consistido en darles cobijo y contribuir a convertirlos en intocables, ahora resulta que esa misma Europa que se puso del lado de los evadidos ahora no está de acuerdo con los amnistiarlos.
Parlamentarios continentales están dispuestos a echar al resto en el próximo pleno del día 13 de diciembre para acosar la pretensión del Gobierno español de amnistiar a Puigdemont y sus secuaces, y en función de todo ello amenazan con retirar los fondos comunitarios. Personalmente estoy empezando a sospechar que a Europa no hay quien la entienda tal es su errática deriva en el tratamiento de situaciones que afectan a determinados países miembros. Por ejemplo, España.
Europa no solo no movió un dedo cuando los involucrados en el ilegal proyecto de declaración unilateral de independencia de Cataluña salieron corriendo como conejos con el conejo jefe cobardemente escondido en el maletero de un coche. Tanto a este sujeto como a los que tomaron el olivo con él, otorgaron acomodo y comprensión en determinados sectores parlamentarios y administraciones de justicia de los países miembros que les dieron cobijo y sustento administrativo y legal ante las desesperadas peticiones españolas de que los devolvieran para juzgarlos.
Mientras los menos alertados de la pandilla se quedaron para asumir sus responsabilidades e ingresaron en la trena aunque con un tratamiento francamente confortable , Puigdemont disfrutó de un estatus de elite en el exterior y se convirtió en parlamentario con rango de intocable. Hoy Europa gira a lo contrario. Si se amnistía a los rebeldes catalanes pueden retirarnos la pasta. O sea, como dicen los Beatles "now and then". Esos rebeldes nos jorobaron entonces y van a volver a jorobarnos ahora. De todos modos.
