Opinión

Alimentos peligrosos

De cuando en vez, determinadas agencias encargadas de vigilar la salud de los terrícolas se descuelgan con una nueva prohibición si bien mi propia experiencia de viejo pellejo me indica que este tipo de declaraciones tienen una influencia muy relativa en los hábitos de vida porque, por otra parte, mudan fácilmente. La última bomba lanzada por la Organización Mundial de la Salud ha convertido al salchichón en un veneno equivalente al amianto, y los chuletones que se meten entre pecho y espaldas los alegres comensales vascos tienen a su juicio un potencial para generar cáncer de colón que pone los pelos de punta.

La maldición que desde la OMS se ha cursado contra la carne procesada –salchichas, beicon, hamburguesas prefabricadas y, por extensión, sospecho otros productos tan identificados con nuestros gustos alimentarios como el jamón, el chorizo, el salchichón, la butifarra o el lomo- ha causado una natural conmoción entre consumidores, fabricantes, entidades, profesionales y el propio gobierno. No es para menos y los especialistas españoles están tratando de minimizar el impacto de esta declaración que la OMS ha puesto en el mercado sin contar hasta diez previamente y sin tener en cuenta probablemente porque no le importa, las consecuencias de este espectacular y en mi modestísima opinión, aventurado manifiesto.

Recuerdo cuando hace aún unos cuantos años, se tenía por mortal la ingestión de aceite de oliva porque producía colesterol del malo y tapaba las arterias. En esa misma época se aconsejaba la ingestión de aceites de girasol y se había proscrito como nocivo el pescado azul al que también se le atribuían elementos capaces de fomentar las lesiones coronarias. Un tío que comiera sardinas tenía garantizado el infarto mientras que la carne roja no estaba sujeta a ningún impedimento. Hace años, beber vino tinto era un disparate y te mataba seguro.

Si hoy las salchichas favorecen el cáncer de colon y la OMS sitúa su ingesta en el mismo grado de peligrosidad que el consumo de tabaco y si un chuletón de Moaña te pone en riesgo de muerte, lo propio es ser prudente. Dentro de otras dos décadas las malditas serán las alcachofas. O la pera limonera.

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