Opinión

Alrededor de la cabra

Según he leído e incluso he tenido alguna curiosidad en comprobar, el personaje verdaderamente protagonista del desfile celebrado con ocasión del día de las Fuerzas Armadas ayer lunes en Madrid no ha sido ni el Rey ni la Reina, ni el presidente el Gobierno, ni los muchos presidentes autonómicos que han acudido a la cita. Ni siquiera lo ha sido Manuel Carmena, alcaldesa de Madrid y presente en la tribuna, o Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, naturalmente ausente y empeñada en salir en los papeles por cualquier cosa aunque sea para liarla. Ya saben que Colau ha dicho que el Estado que celebra un genocidio es una vergüenza de Estado y a su particular interpretación del Día de la Hispanidad se le han unido el impar Willy Toledo y la familia Bardem que es perejil de todas las salsas.

El dueño de las redes sociales ha sido la cabra de la Legión, que ha recorrido con la marcialidad que caracteriza a la tropa que le acompaña por el paseo del Prado y la Castellana y que no es cabra sino macho cabrio y atiende al bonito nombre, qué casualidad, de Pablo nadie sabe si en recuerdo del líder de Podemos que ha declinado la invitación al acto. Pablo Iglesias ha dicho que ellos están a emplear el tiempo en políticas sociales y hace unos meses propuso eliminar todas las mascotas del Ejército entre ellos, por supuesto, la cabra de la Legión. Podemos tiene mucha costumbre de soltar todo lo que se le viene a la boca sin calcular los daños colaterales y se estrenó reclamando en Andalucía la supresión de los desfiles procesionales de Semana Santa lo que muchos analistas políticos interpretaron como un disparate que les costó un primer estacazo en urnas.

El caso es que se mire por donde se mire, la cabra de la Legión se llama Pablo y hay muchos que advierten en este nombre algo más que una casualidad. En definitiva, sospechan que los aguerridos soldados del Tercio que desfilan a más velocidad que la Caballería, se han acordado de Coleta Morada a la hora de bautizar a su emblema de cuatro patas. No parece que el animalito lo estuviera pasando mal. Muy al contrario, bien plantado, erguido, orgulloso y sabiéndose trascendental, ha pisado el asfalto como si fuera un cabo gastador convirtiéndose en el héroe de la jornada.

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