Opinión

El ataque de la cobra

La designación y conocimiento del primer gobierno de Rajoy tras dos elecciones y dos sesiones de investidura fallida una de ellas, podía haberse adueñado de la actualidad entera si no se hubiera interpuesto justo a tiempo la “cobra” de Bisbal a Chenoa. A estas alturas del debate, todo el mundo sabe ya lo que es una “cobra” en el nuevo lenguaje aunque a los más veteranos han tenido que explicárnoslo para que nos pusiéramos a la última. Al parecer, la “cobra” es, inspirándose en el movimiento que hace este mortífero animal retirándose previamente antes de construir su ataque, el acto de retroceso de cabeza voluntario que efectúa alguien que no quiere ser besado.

Los periodistas que estaban espectantes inspeccionado al microscopio los pormenores de la gala que volvió a poner sobre el escenario a los intérpretes de la primera edición de Operación Triunfo, introdujeron este debate capaz de hacer olvidar incluso las persistentes carencias de la propia gala. ¿Rechazó Bisbal la boca que le ofrecía su antiguo amor Chenoa durante el dúo que ambos interpretaron en el escenario? ¿Le hizo por tanto el cantante de Almería a su ex pareja una “cobra”? Como en el caso del penalti dudoso que hay que juzgar apelando a la tecnología punta, la cámara superlenta nos mostró la secuencia íntegra para que cada cuál opinara a su aire. ¿Hubo o no hubo “cobra”, vamos a ver? Pues si me preguntan a mí yo me inclino por afirmar que, en efecto, fue penalti.

Es decir, que hubo “cobra” y que Chenoa intentó besar a Bisbal y Bisbal despreció el beso el muy malaje. Una cosa, por demás trágica si tenemos en cuenta que en su momento y cuando se produjo la ruptura, Chenoa quedó devastada y explicó su drama apareciendo ante los medios en la puerta de su casa vistiendo un chándal y limpiándose mocos, babas y las lágrimas con una caja de clinex, una estampa que ya ocupa por derecho propio un lugar en la historia.

El nuevo ejecutivo de Rajoy ya ha tomado posesión, se ha reunido en consejo e incluso Cospedal ha pasado revista a la tropa. Pero al leal pueblo esta situación se la menea, dicho sea con mil perdones, en comparación con el encuentro y abrazo de los antiguos amantes quince años después de su primer dúo pródigo en emociones y hormonas. Y más si hay materia. Si hay “cobra”, vamos…

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