Opinión

Bienvenido el eufemismo


La RAE define “eufemismo” como “Palabra o expresión más suave o decorosa con que se sustituye otra considerada tabú, de mal gusto, grosera o demasiado franca”. Un ejemplo ilustrativo para explicar la situación es sustituir por ejemplo la palabra “culo” por “trasero”. Con el paso del tiempo e instalados en esta procura casi enfermiza por buscar la corrección política y la eliminación de antiguos modos de hablar que suenan arcaicos e irrespetuosos por otros inclusivos y acordes con la época, hemos adoptado el eufemismo como un recurso estrella. No solo se pretende sustituir modismos desconsiderados cuya carga de insolencia  o intolerancia no puede disimularse, sino que, como ocurre en un país como el nuestro aficionado a los extremos que es capaz de batir en su tiempo el record europeo de natalidad y convertirse años después en uno de los países europeos menos fértiles, se apela al eufemismo para eliminar cualquier situación incómoda, sombría o poco grata, o para introducir mensajes políticos e ideológicos partidistas en la comunicación social como si la vida diaria fuera un cuento de hadas y no hubiera cosas malas ella. 

Acabamos de asistir a la aplicación de un eufemismo de grandes dimensiones que es el que se ha impuesto en el conflicto de la selección femenina de fútbol que le enfrenta a la Federación. Las jugadoras en rebeldía acaban de proclamar que ellas no han exigido en absoluto el cese de su entrenador Jorge Vilda y que semejante interpretación corresponde solamente a la mala fe de los federativos. La verdad es que no hace falta otra cosa que leer el texto del comunicado para percatarse de la intención que permanece latente en su texto, y entender que el modo de expresar la petición de prescindir del seleccionador está latente y presente a lo largo y ancho de todo el escrito. Las futbolistas concluyen su proclama criticando el modo en que la Federación trata el problema y su comportamiento.

Nadie engaña a nadie y la sociedad española tiene ilustración suficiente para advertir cuando hay disimulo, manipulación e impostura en una posición de debate. Lamentablemente existe una persiste infantilización –término que las jugadoras utilizan para rechazar los usos federativos- en los comportamientos sociales de Occidente  y este comunicado es un claro referente de todo ello.

Te puede interesar