Opinión

La cantera municipal

Carolina Darias es una funcionaria de cincuenta y tantos años a la que una afortunada –al menos para ella- sucesión de carambolas probablemente no forzadas, ha ido colocando en puestos de cierta responsabilidad en el entramado político de su comunidad natal, la de Canarias. El último eslabón de esta cadena de situaciones favorables la ha colocado al frente del ministerio de Sanidad procedente de otro departamento de dudosa titulación –el objetivo del departamento es al parecer entenderse con las comunidades- en sustitución del anterior titular, un licenciado en Filosofía y Letras de su misma generación llamado Salvador Illa que ha abandonado con no disimulada precipitación su puesto en el Gobierno, para colocarse a los mandos del maltrecho socialismo catalán, aquel que ganaba las elecciones una detrás de otra en Barcelona hasta que cayó en manos de un perfecto incompetente llamado Miquel Iceta, que lo hizo polvo sin que se encontrara en su camino de demolición, con nadie que pudiera poner cerco a sus persistentes desatinos. La única que se atrevió a cuestionarlo fue Carme Chacón que falleció cuando parecía haber iniciado trámites para paliar la incomprensible tragedia.

Desgraciadamente, este triángulo escaleno en cuyos vértices están los tres nombres citados, acapara a día de hoy el capítulo especulativo del partido en el Gobierno porque cualquier analista político desapasionado podría dictaminar a la vista de semejante cubo de Rubik que el ciudadano apenas importa en semejante operativo. Contrastadas las virtudes de los tres puede entenderse que ninguno es precisamente una lumbrera –Iceta por ejemplo empezó dos carreras, no ha terminado ninguna, y por tanto su titulación más elevada es la de bachiller y bien que se nota-  pero puede también sospecharse que esa escasez de preparación sustituida en general por las ventajas de la gramática parda, han prendido con mayor fortuna en unos que en otros. Illa es el mejor del trío. A lo mejor, por eso, se pira.

Lo que sí es evidente es que la administración municipal es la cantera en la que pica el actual Gobierno. Es decir, que nuestros ministros son como lo más de lo más, ex buenos alcaldes y ex buenos concejales. Poca cosa, sinceramente. Ya lo comprobaremos.

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