Opinión

Cinco minutos

Vengo en el coche escuchando a Mecano con la satisfacción entusiasta de un fan entregado. La banda de Ana Torroja y los hermanos Cano está entre las cinco mejores agrupaciones de pop español de todos los tiempos, y veinte años largos después de su separación uno comprende y cata mejor todo lo bueno que hay en su producción. Escuchando su música con espíritu ecléctico, se comprende por qué se comieron a bocados el mercado musical en  década y media.

“Y en el reloj de antaño como de año en año, –dice el textos de una de sus mejores canciones- cinco minutos para la cuenta atrás, hacemos el balance de lo bueno y malo, cinco minutos antes de la cuenta atrás”. Es este uno de los momentos más divertidos y sarcásticos de su producción, un tema dedicado al año que se ha pasado y al que viene en camino, en el que se narra la variopinta fauna humana que puebla el recinto de la Puerta del Sol de Madrid con sus marineros, sus soldados, sus solteros y sus casados, e incluso un par de curas con aire despistado, todos ellos a la espera de que las campanadas  marquen el compás del inmediato futuro y por cada campanada una uva.  El tiempo ha pasado…

Ana Torroja es hoy una mujer madura que sigue vinculada al universo musical cantando en solitario sin alcanzar el triunfo arrollador que logró con su gente, Nacho Cano también continúa cantando y componiendo música muy personal, y José María, tras firmar un renovado himno de su equipo de toda la vida que también es el mío, se dedica a pintar y esculpir para  responder a una fuerte vocación de satisfacción tardía. Han iniciado la cuenta que conduce a estos tres genios a la edad de la sazón, mientras el país se pasa el día  descontando que es distinto. El panorama es tan inestable y tan difícil de pronosticar que todos los días iniciamos la cuenta atrás a la frontera de un tiempo impredecible y sombrío que a los viejos nos infunde respeto y nos genera una enorme inquietud. Quizá porque contar o descontar es lo nuestro, quizá porque somos demasiado excelentes, demasiado sabios y demasiado experimentados para emitir un pronóstico benevolente de lo que vivimos y lo que nos espera. Nos han aumentado las pensiones, aunque teniendo en cuenta que el presidente del Gobierno es un mentiroso compulsivo cualquiera se cree nada. Pero también nos han aumentado el frío interno.

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