Opinión

Tres detalles

A cuarenta y ocho horas todo lo más de la apertura de las urnas en Cataluña, han ocurrido tres episodios que destacan sobre la media en un panorama que se angosta cada día más y que produce debates que quizá deberían aparcarse para el día después y que solamente podrán establecerse si las listas que apoyan la secesión –“Junts pel Sí” y “Candidatura d’Unitat Popular” si no me equivoco- consiguen obtienen sumadas la mayoría parlamentaria.

En el primero de estos episodios, dos altos representantes de ambas administraciones, el ministro del Exterior del reino de España y el candidato a la elección por Esquerra Republicana se han visto las caras en un encuentro televisado que tiene más de absurdo y sorprendente que de natural y presentable. Por muy sensato y ponderado que haya sido el comportamiento de ambos y por muy pedagógica que sea la intervención del señor Margallo, no acabo de comprender cómo un ministro de Asuntos Exteriores se aviene a polemizar con el jefe de uno de los partidos políticos que aspira a ser votado. Este extraño enfrentamiento en un plató de televisión parece más un encuentro bilateral entre el más alto representante de la diplomacia del país con un visitante exterior del más alto rango. Luego dicen que no se las ponemos a huevo.

El segundo hecho destacado nos zambulle en un caótico universo de disensiones entre aquellos que defiende en realidad lo mismo y nos acerca a las figuras de dos periodistas de sentidos afines –Carlos Alsina y Arcadi Espada- zurrándose con dureza la badana en público después de que el catalán y furibundo enemigo de la independencia de su tierra acusara en su columna al primero de ellos de informar de forma sesgada sobre las herramientas que la Constitución concede para frenar el proceso de secesión. Ambos se han encontrado en los micrófonos y el contencioso se ha saldado con una sonora bronca.

Por último, el tercer escenario es el más querido para un servidor. El Celta le ha metido cuatro al fútbol Club Barcelona que ha recibido la tunda con la senyera puesta. La paliza ha sido histórica y sus daños colaterales habrá que analizarlos. El Barça se está entrenando para jugar la Liga doméstica que le aguarda si en el día después ocurre lo que no debe ocurrir. Y del Español paradójicamente no se dice nada. Como no es independentista.

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