Opinión

Dramática trascendencia

La trascendencia de los hechos que se están produciendo en Ucrania tras la invasión rusa de su territorio ha anulado todo lo demás. Nada hay más dramáticamente trascedente que la guerra, y Europa está contemplado sobrecogida cómo se adueña del territorio continental, asistiendo por televisión a unos hechos que parecen formar parte de una pesadilla más que de una realidad. Sin embargo, estas aterradoras imágenes no pertenecen a una filmoteca especializada en cine bélico sino a unos hechos que se están produciendo aunque cueste creerlo, en un territorio cercano. Un escenario absurdo y trágico al que ha conducido uno de los muchos psicópatas que surgen cada ciclo de la historia de la Humanidad para provocar la muerte y el caos. Por desgracia, cada periodo en el devenir del género humano se distingue por la presencia de uno de estos individuos capaces de sembrar la destrucción con el solo fin de alimentar su ego enfermo y desmesurado.

En estas circunstancias, por tanto, todo lo que ocurre  fuera de esta enorme tragedia que cuesta vidas, sangre, dolor y lágrimas, apenas tiene importancia. En estas horas en que personas generosas y de buena voluntad se movilizan y son capaces de desplazarse miles de kilómetros en sus coches particulares hasta la zona de conflicto para tratar de rescatar refugiados, en estas fechas en que la sociedad civil pone en marcha mecanismos para auxiliar a los que sufren y organiza campañas para recaudar material, alimentos y medicinas a favor de los afectados, todo lo  demás carece de importancia. Si Alberto Núñez Feijoo prepara su desembarco en Madrid pudo ser noticia relevante hace días, pero ahora se sepulta bajo la catarata de despachos y filmaciones que provienen de territorio ucraniano y que han minimizada una noticia política que hubiera sido de notable interés en otras condiciones. Nadie se acuerda a estas horas de que la alcaldesa de Barcelona está declarando ante el juez, involucrada en un delito de corrupción a gran escala por el que está siendo investigada, o apenas importa que se ponga en marcha un proceso para depurar responsabilidades en el Gobierno balear en un marco de abusos a menores en establecimientos a su cargo. 

Hoy, mañana, pasado, la noticia para desventura del mundo se llama Ucrania, y seguramente así será durante mucho tiempo. El invasor calculaba una guerra relámpago pero no contaba con el valor del pueblo ucraniano. Once días y resistiendo.

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