Opinión

El cortafuegos

Mientras Moncloa se afana en edificar cortafuegos que aíslen a la aristocracia sanchista de los efectos del desaguisado, los cerebros políticos de esta instancia última a la que unas elecciones regionales han puesto en ridículo, han hecho cálculos y han llegado a la terrible conclusión de que al menos medio millón de votantes del PSOE se han pasado al que acabará por conocerse como el “ayusismo” tomando como referencia los resultados de las anteriores elecciones generales y los votos cosechados por la candidatura de Pedro Sánchez. (No estaría mal conocer el sentido del voto de González, Guerra, Leguina, Redondo, Madina y otros socialistas de los viejos tiempos). El cataclismo de Madrid se ha llevado por delante todo el tenderete ideado y construido por Moncloa a espaldas incluso del propio candidato de su partido, un infeliz que tuvo que tragar sapos y culebras por directa instrucción de equipo de estrategas del presidente del Gobierno, y que ha fenecido en el intento. Ese muro que están levantando ladrillo a ladrillo los guardias de corps del presidente, han dejado fuera del fortín no solo a Gabilondo sino a media docena más de dirigentes madrileños que supieron esa misma noche que Moncloa los abandonaría a su suerte en cuanto Ávalos salió a dar la cara y expresó como punto de partida de su patética interpretación de los hechos, que las elecciones de Madrid no tenían nada que ver con las elecciones generales y que estas cifras había que tomarlas como el producto de un resultado estrictamente local y nada más que local. La realidad es que el entorno del presidente salió corriendo no sin antes decapitar a los derrotados dirigentes madrileños para que ni nada ni nadie pudiera jamás conectarlos con la tragedia.

Sin embargo, esta falacia –una más entre las muchas que ha utilizado el presidente y su corte a lo largo de esta disparatada legislatura- se derrumba por sí misma. Hace unos días, y en la final del Open Mutua Madrileña de la Caja Mágica de Madrid, los cinco mil espectadores puestos en pie tributaron a Díaz Ayuso una ovación histórica que sorprendió al propio Alexander Zeverev. El campeón se pasó parte del protocolo inicial preguntando al juez de silla quien era aquella señora que recibía un homenaje semejante.

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