Opinión

Especulaciones y certezas

Los sorprendentes resultados de las elecciones del pasado domingo –hasta el punto de que hubo un periodo de la noche electoral en el que Tezanos había clavado los resultados con sus disparatadas previsiones- ofrecen material abundante para que los comentaristas políticos se apropien de un largo periodo posterior en el que desmenuzar todos los avatares que han concurrido para proponer un panorama semejante. Quienes no tenemos autoridad suficiente para la interpretación más científica, debemos contentarnos con afrontarlo con cierta capacidad de reflexión, aportando algunas muy vagas especulaciones aunque este dudoso panorama que nos han dejado las urnas aún guarda unas pocas certezas.

En este caso no solo falló Tezanos y su CIS a la medida como ya era esperado, sino que fallaron estrepitosamente todas las demás incluso las que en otros viajes se han mostrado muy fiables y han acertado de plano

Para iniciar el recuento por el segundo apartado, parece necesario abundar en la escasa fiabilidad de las encuestas. En este caso no solo falló Tezanos y su CIS a la medida como ya era esperado, sino que fallaron estrepitosamente todas las demás incluso las que en otros viajes se han mostrado muy fiables y han acertado de plano. La segunda certeza es aquella que convierte a Cataluña en pieza clave de esta noche prieta y emotiva que no se resolvió hasta el pitido final. El PSC y su líder y ex ministro de Sanidad, el circunspecto y misterioso ciudadano Salvador Illa le han dado a Pedro Sánchez la posibilidad de volver a ser presidente. No solo ha puesto contra las cuerdas a las opciones independentistas sino que le ha aportado al PSOE en su conjunto nada menos que diecinueve escaños de los que trece corresponden a Barcelona, un aspecto que los encuestadores tendrían que haber tenido en cuenta y que no se ha reflejado sin embargo en ninguna de las predicciones que elaboraron las empresas demoscópicas y que se equivocaron de medio a medio. Illa le ha dado la subsistencia y lo que queda del independentismo le puede dar la Moncloa. Como tercera certeza hay que manejar la convicción de que estas urnas dejan un panorama dramático y tan difícil de resolver como el candidato perdedor pueda o quiera ensanchar sus tragaderas. A partir de ahí se inician las especulaciones que son tropel.

El PSC y su líder y ex ministro de Sanidad, el circunspecto y misterioso ciudadano Salvador Illa le han dado a Pedro Sánchez la posibilidad de volver a ser presidente

Da la impresión de que, por primera vez en la historia del país no gobernará el partido que ha ganado las elecciones. Núñez Feijoo lo intentará en vano. Sánchez sí puede hacerlo, pero asumiendo las terribles costes que habrá de pagar por esa presidencia. España, dicen las urnas, está dividida en dos bloques separados por un espejo con una sima profunda en medio. Ese es el diseño de país que hoy tenemos. A mí me aterra, pero yo ya soy viejo.

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