Opinión

Europeos y Brexit

En el tiempo añadido y a muy poco de que suenen las campanadas que anuncian la llegada de un nuevo año, la Unión Europea y el Reino Unido de la Gran Bretaña han alcanzado un acuerdo para desbloquear el Brexit, esa broma de mal gusto que propició Cameron y auspició Farange, dos sujetos que tendrán que responder ante la Historia de unas insensatas decisiones que han forzado la salida de la Gran Bretaña del Parlamento Europeo. Cameron se sintió sobrado y optó por proponer un referéndum en la seguridad que lo ganaba, y Nigel Farange hizo suyo el reto y manipuló la propuesta para convencer a los británicos de que Europa nos roba –a qué me recordará a mí esto- hasta lograr que los ingleses menos ilustrados se lo creyeran, votaran en masa y consumaran un disparate del que todo el mundo ha salido perdiendo.

Personalmente no me llega el conocimiento para aquilatar las condiciones exactas del acuerdo ni estoy en el ámbito comunitario para suponer cómo les va a ir con esta resolución a la pesca gallega, pero me temo que las condiciones de separación siguen sin ser suficientemente buenas. Lo más tragicómico de esta historia es que tanto Cameron que lo propició con la convocatoria de un referéndum que nadie había pedido, como Farange que basó toda su campaña a favor del No en una burda mentira, han tomado el olivo dejando una tostada descomunal a los que vienen detrás, algunos de los cuales han perecido en el tsunami sin comerlo ni beberlo.

Hoy, la Unión Europea se ha redimido de sus múltiples miserias demostrando que al menos sirve para algo más que para las representaciones parlamentarias grandilocuentes y para alimentar una clase política paneuropea que farda de saber muchos idiomas y está tan lejana para el europeo de a pie como la cima del Tourmalet. La actuación de los organismos continentales en el desarrollo de la campaña para afrontar la vacunación de los europeos ha sido en mi opinión suficientemente buena como para ofrecer a las autoridades comunitarias un nuevo voto de confianza. Pero sobre todo y ante todo, sirve para creer en la fortaleza de Europa como equipo. Si los británicos han decidido romper, ellos se lo pierden.

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