Opinión

La extraña alianza

Tras ganar las elecciones muy próximo a la mayoría, el líder de Syriza del partido vencedor, un ingeniero cuarentón llamado Alexis Tsipras, no ha necesitado más que media hora y un café de por medio para ponerse de acuerdo con un tránsfuga de Samaras y consolidar la mayoría que le permite formar Gobierno. Su socio, un veterano dirigente ultra conservador llamado Panos Kammenos, es el jefe de una formación de independientes de marcado carácter derechista que le aporta 14 diputados. Lo único que une a ambos es su fervoroso odio a las instituciones de la Unión Europea y su rechazo a las políticas de austeridad. Les separa todo lo demás –el uno es profundamente religioso y el otro es ateo, el uno no quiere ni hablar de inmigración y el otro la fomenta, el uno es la izquierda y el otro es la derecha- pero la política propone extraños compañeros de lecho y no hay más que analizar con cierta liberalidad está extraña alianza para que esta máxima tan usada comparezca en todo su apogeo.

En todo caso, la contundente victoria de Syriza en las elecciones griegas del domingo propone sin duda alguna un nuevo concepto de política aunque sea en las formas, porque en los fondos es casi imposible modificar lo que ya está escrito. Grecia tuvo en 2004 su año mágico cuando aquel equipo de fútbol que acabamos aprendiéndonos de memoria obtuvo el Campeonato de Europa ganando a Portugal y cuando organizó las Olimpiadas como un homenaje del mundo al país que había inventado los Juegos. Pero a partir de aquella fecha, la economía griega se desplomó, surgieron las llamadas de auxilio desde un país caótico y en bancarrota, llegaron hasta tres rescates y la Unión Europea no va a transigir en la reparación de la deuda. Por lo tanto, ignoro lo que estos partidos radicalmente opuestos en su ideología y unidos por su carácter nacionalista que defiende el orgullo de ser griegos van a poder lograr en los foros internacionales para sacar la cabeza de tan profundo agujero. Para empezar, y para los que no sabemos nada de esto, la alianza parece sorprendente. Y de sus logros o fracasos nos vamos a nutrir los demás. En mi opinión las dificultades son más numerosas que las apetencias.

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