Opinión

Fiesta de maniquíes virales

Son, o eso al menos percibe un tipo veterano y lleno de manías como pueda ser yo mismo, las redes sociales las que se encargan de marcar el paso y determinar por qué rutas desempeñarse. Y es en especial el público más joven quien se encarga de cumplir los criterios dictados desde estos novedosos canales, expandirlos convenientemente y ayudar a desempeñarlos. Es hasta cierto punto natural, porque son los más jóvenes los que le otorgan más uso a estas herramientas, los que más saben de informática casera para extraer el partido necesario y sobre todo, los únicos capaces de poner estas reglas  en práctica a poco que su cumplimiento exija un determinado esfuerzo físico que suele ser lo habitual. El caso que plantea esa novedosa costumbre de celebración y posado denominada “mannequin challenge” es paradigmático. Hace falta una determinada forma física para celebrar un gol haciendo una sentadilla a la usanza de Cristiano Ronaldo  y, aunque es cierto que marca tendencia y cientos de niños a lo largo y ancho del mundo van a celebrar los goles que metan en alevines, infantiles y cadetes adoptando este original posado, a los mayores nos va a resultar más complicado, incluyendo el paseo del pulgar por la comisura del labio que le ofrece un toque sexy y calentón. Resulta evidente que si yo lo intentara a mi edad y en mis condiciones, lo natural es que me cayera de culo y me metiera el dedo en un ojo de paso al desplomarme desequilibrado por completo. Hay que estar bien puesto y en forma para quedarse congelado de ese modo.

Lo bueno que tienen estas cosas es, reconozcámoslo, que si uno consigue alguna filmación un poquito molona o un puntito osada se convierte en elemento de interés  y blanco de visitas y comentarios. Se hace entonces viral y te da el pasaporte a la fama. Ignoro a qué se debe esa denominación de viral que yo atribuía en mi inocencia a la inquietante posibilidad de generar una epidemia. Que error, que inmenso error se comete por no estar informado.

De todas formas, ojo con lo viral. Hace días se hizo famoso un vídeo canadiense en el que un oso blanco acariciaba a un perrito. Luego hemos sabido que nada más cerrar la filmación el oso se zampó al perro de un solo bocado. Las apariencias engañan y más vale estar preparado por si acaso.

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