Opinión

Las figuras del verano

Los veranos son estaciones muy adecuadas para que ciertos personajes se distingan y se ganen con sudor y sacrificio su puesto en las portadas de los diarios. Cuando se es joven apenas basta con un cuerpo bonito y un par de posados en la playa para hacerse hueco, como se lo hacen en Benidorm los bañistas en las arenas atestadas meneando el culo y corriendo con cierta habilidad la toalla. Pero cuando aparecen los años ya no es tan sencillo seguir manteniendo el estatus y hay que apelar a un abanico de recursos de toda condición y suerte para que los lectores te guarden un hueco en sus demandas. Durante mucho tiempo, Ana Obregón escenificó su posado que se convirtió en un acto social muy famoso y referente para dar la salida a la temporada veraniega. Ana estaba en todos su esplendor y mostraba con color y desenfado la moda baño que es de lo que se encarga ahora su sucesora Paula Echevarría aunque con menos garbo y más sinsustancia, dónde va a parar. A mí Obregón y su perenne sinsentido siempre me cayó bien y Echevarría, con sus mil perfecciones, me parece una verdadera plasta.

Claro que nada hay comparable al posado de verano de Vladimir Putin porque una cosa es una/uno jóvenes de buen ver mostrando sus virtudes a la orilla del mar y otra muy distinta un sujeto con pasado a los mandos del KGB, presidente o primer ministro de uno de los países más poderosos de la tierra haciendo el macho. Putin necesita contarles a sus súbditos que está hecho una fiera y que los rusos han puesto los destinos del país en una apisonadora con el pelo ligeramente teñido y los pectorales someramente aceitados para que reluzcan. Putin es capaz de pelearse con un oso, montar a caballo semidesnudo a ocho grados bajo cero, subirse en un ala delta en calzoncillos, pilotar un caza armado hasta los dientes o como ha ocurrido en esta ocasión, descender en un batiscafo hasta las profundidades del Mar Negro en la península de Crimea aprovechando la inmersión para mandar un aviso a los navegantes en el que sugiere en clave subliminal que Crimea es suya. O sea, rusa y no hablemos más. El año que viene, Putin se peleará con un tigre de Bengala o tomará la alternativa en la Real Maestranza con toros de Alcurrucén. Hay que mantener el prestigio alto.

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