Opinión

Hoy te quiero más que ayer…

Hubo una famosa frase publicitaria no lejana en el tiempo que decía “hoy te quiero más que ayer pero menos que mañana”. Un tanto pretenciosa y probablemente en exceso almibarada, triunfó entonces, creó escuela y así hay que reconocérselo. Admitiendo que era bastante cursilona, resultaba menos traumática que aquella que popularizó por el mismo tiempo la novela de Erich Segal “Love Story” que era una plasta y que decía; “amar es no tener que decir nunca los siento”. Esa sí que tenía tela.

En este preámbulo del fin de semana en un agosto generoso en buen tiempo con breves pinceladas de gris marengo, aquel slogan publicitario puede aplicarse a la búsqueda de una mayoría que permita la constitución de Gobierno. Desgraciadamente, hoy estamos más lejos de obtenerla que mañana porque mañana estaremos todavía más lejos. La posibilidad de acuerdo entre el Partido Popular y Ciudadanos mantiene ciertos visos de concretarse a poco que los líderes de ambas formaciones resuelvan las dificultades del PP para aceptar una lista de condiciones impuestas por el grupo de Albert Rivera, algunos de cuyos enunciados no dependen de una voluntad y no pueden ser resueltas exclusivamente por un presidente porque necesitan la sanción del Parlamento. Esa posibilidad de entendimiento entre PP y C’s también ha sufrido un enfriamiento significativo en estas últimas horas y la ambigüedad de Rajoy tras su reunión con las más altas instancias de su partido provoca cierta extrañeza. Pero la clave de la operación no está en ellos porque la suma de los escaños aportados por ambos llega a 169, muy lejos de constitución de Gobierno Harían falta seis o siete diputados más para conseguir la investidura en segunda vuelta. La clave la tiene el PSOE y el PSOE está decidido a mantener su posición de partida. Si la negativa socialista se mantiene no hay otra opción que manejar y las terceras elecciones serán un hecho.

Hoy estamos más cerca de unas terceras elecciones que ayer pero menos que mañana y la situación no permite mucha esperanza. Pedro Sánchez, que ha vuelto de Almuñécar como se fue, sigue igual. Incluso en el manejo de los argumentos que usa para que su negativa resulte presentable. Así, en diciembre volvemos al colegio… Electoral, por supuesto.

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