Opinión

Intento vano

La comidilla menor de la política doméstica esta semana era el fracasado intento de Pablo Iglesias en su deseo de volver a la Universidad. El ex líder de Podemos  optaba a dos plazas de profesor asociado repartidas entre la Facultad de Ciencias Políticas y Ciencias de la Información ambas de la Complutense, y no logró ninguna de ellas. Concretamente sus balances en esta segunda instancia que es la que por razones obvias a mí me interesa, fueron francamente ridículos. Iglesias  no superó el concurso de méritos propuesto por el centro y quedó quinto entre siete aspirantes, obteniendo una puntuación de 4 sobre 10 -2’4 sobre 6 en el apartado de experiencia profesional, 0’6 sobre 3 en el de experiencia docente, y 1 más en otros méritos que no se enumeran- ampliamente superado por cuatro periodistas de cierto renombre. Sandra Daviú, que presentó “El Diario de Patricia” hace algunos años, ha hecho mucho periodismo deportivo en RTVE, y actualmente da clases en la Tomás Luis de Vitoria, ha sido la mejor con 7,5 y optará con todo merecimiento al puesto.

Iglesias se queda con las ganas y ratifica que no todos los anhelos pueden ser recompensados por muy potente que sea el deseo, y no todas las ambiciones se obtienen por muchas ínfulas que puedan acompañar las peticiones. Si este oficio nuestro aspira a darse a valer, debe empezar por la calidad de su docencia, y sospecho por lo que sé y por lo que imagino, que Pablo Iglesias no es otra cosa que un advenedizo metido a periodista ocasional cuya preparación para ejercer y enseñar esta materia tiene más de jactancia y rollo macabeo  que de formación seria y rigurosa. La profesión necesita personalidades de prestigio para que enseñen a las nuevas generaciones periodismo del bueno, y no postureo y doctrina que es lo único que ha mostrado Iglesias desde que apareció en el panorama nacional en el triunvirato de penenes que montó su tenderete en la Puerta del Sol subyugando a los descontentos con  un discurso vago y confeccionado de retales que, sorprendentemente, caló entre los más cabreados precisamente porque estaban muy cabreados y cualquier cosa les valía. Iglesias ha fracaso como profesor, como profesional, como tertuliano, como político, como ministro, como vicepresidente, como aspirante electoral, como líder y como persona. Es un alivio saber que en la enseñanza del Periodismo por lo menos por ahora  no va a meter baza. Menos mal.

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