Opinión

Lo malo es que nos afecta a todos

El resultado de las elecciones en los Estados Unidos ha producido una conmoción profunda sobre todo teniendo en cuenta que una decisión de estas características no solo concierne al país que la ha tomado sino al mundo entero y eso es probablemente y a mi juicio, lo más grave. Al fin y el cabo, los ciudadanos estadounidenses son libres de votar lo que les venga en gana y todo resultaría mucho menos inquietante si fueran ellos los únicos que sufrieran a Donald Trump en el Despacho Oval. Pero desgraciadamente estamos ante el país más poderoso de la tierra y un sujeto como Trump en su presidencia nos afecta a todos. Trump se ha impuesto en la mayor parte del territorio salvo los estados de la costa Oeste y los del nordeste del país, y eso se debe a algo más que una casualidad. El candidato republicano es hoy presidente por goleada.

Por eso, los árboles deben permitirnos ver el bosque y el bosque dice que la candidata por el bando demócrata no ha sido capaz de vencer el poderoso rechazo que su propia figura generaba en un electorado socialmente compuesto por un número casi infinito de caras que se comporta de forma intermitente y que le ha dado la mayoritariamente espalda. Por tanto, y en mi profundo desconocimiento de la vida política norteamericana, sospecho que las elecciones las ha perdido la señora Clinton y no el partido que representa. Y también, que con un candidato menos artificial y más serio como lo era Sanders, el resultado podía haber sido otro. Ahora no hay remedio, y Hillary Clinton pasará a la historia como el más grande fracaso de su partido desde que Andrew Jackson lo fundara. Y por tanto, un revolcón así obliga a la señora Clinton a desaparecer del mapa político para siempre y no volver a abrir la boca nunca más. Resulta necesario recordar que, sin que nadie se lo pidiera, Pedro Sánchez se personó en Washington para apoyarla. El ex líder socialista no solo consigue perder sus propias elecciones sino que logra que las pierdan aquellos a quienes ofrece su compañía. Por qué no se quedaría en Madrid este hombre…

Era pues una elección entre el malo y el más malo y ellos se han quedado con el más malo. Con el zopenco, racista y analfabeto que tiene el botón rojo en la mesilla de noche. Que no nos pase nada.

Te puede interesar