Opinión

Tres meses non son nada

Llevamos desde el pasado 23 de julio con un gobierno en funciones y los expertos en teoría política afirman que eso no es bueno. Ayer se cumplieron por tanto tres meses en esas condiciones y el país huele a parálisis aunque el mundo se despeñe en conflictos y desamores. No es la primera vez que ocurre una cosa así, y se han producido momentos de inanición más largos y en circunstancias todavía peores. Uno de los más lamentables presidentes que el país ha tenido en toda su historia, el sevillano Luis Sartorius, alcanzó la presidencia en setiembre de 1853 y escarnecido porque le mandaron al corral tres leyes en las que había puesto mucho amor propio, se lió la manta a la cabeza y clausuró la legislatura. El 9 de diciembre disolvió las dos Cámaras, se metió la llave de ambas en el bolsillo del chaleco y a partir de ahí gobernó a decretazo limpio hasta que lo echó la Vicalbarada del 54 y las masas furibundas le asaltaron la casa, se la quemaron y le tiraron los muebles por la ventana.

Ya sé yo que no es lo mismo y que el presidente –a todos les pasa- le ha tomado gusto a la política internacional y lo que ocurra en casa le tiene completamente sin cuidado, hasta el punto de que ha plateado un paréntesis en el proceso de negociación de investidura y, en cómplice hermandad con la presidenta del Parlamento su amiga Armengol,  va a aguantar hasta que haga falta. Armengol concedió a Feijoo dos semanas para que presentara su propuesta ante la Cámara y ni un día más, ojo.

Pero mientras Sánchez se pasea por las cancillerías luciendo su inglés de Oxford, esto es un sindiós y aquí hace cada cual lo que le da la gana véase el CIS de Tezanos que incluso ha abierto la mano para contratar jóvenes canteranos del partido sin tener en cuenta que a lo mejor ni continúa porque la continuidad de Sánchez tampoco está lo que se dice contrastada. Tezanos sigue cumpliendo con su ingrata tarea y los altos cargos de la administración ejercen sus funciones en precario lo que no les corta un ápice para tomar decisiones no negociadas ni contrastadas.

Pedro Sánchez, es cierto, ya no es de este mundo y ahí anda tratando de arreglar el conflicto palestino-israelí olvidándose de que el que tiene que arreglar es el de su propio país. que atraviesa uno de los momentos económicos y financieros más delicados de su historia. Pero mientras existan Tezanos, Armengol, Montero,  Bolaños y gente así, él se puede ir a conquistar el mundo. Ya volverá. O no, quien sabe.

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