Opinión

Obligación o vergüenza

Hace un par de días, y coincidiendo con la votación del Parlamento Europeo que levantó el status de impunidad a Puigdemont y sus otros compañeros prófugos, el periodista Carlos Alsina se puso en contacto con Iratxe García, portavoz del grupo socialista en la cámara, para solicitar su opinión sobre este fallo, antesala según los más optimistas, de una devolución de los huidos para responder de sus actos ante la justicia española. Siguiendo una senda que se manifestaba evidente y, tras escuchar la encendida defensa que la eurodiputada hizo del significativo resultado y su trascendencia, el periodista planteó a la política vallisoletana el aparente contrasentido que se producía en su partido como defensor de la causa constitucionalista en Europa y su complacencia en Madrid, donde el Gobierno del que García forma parte no solo mantiene un pacto con Unidas Podemos, una fuerza que ampara y defiende el independentismo -como personalmente ha demostrado el vicepresidente Iglesias- sino ese Gobierno mantiene acuerdos con los propios independentistas a los que García ataca y critica en Bruselas. Ante el asombro de algunos oyentes como yo mismo, la portavoz respondió: “mire usted, no voy a invertir ni un minuto en responder esa pregunta”. La sorpresa fue aún mayor cuando el propio Alsina guardó silencio ante semejante respuesta. Y hubo de ser otro periodista, Rubén Amón, quien se hizo eco indignado de la actitud de la portavoz del grupo socialista. “Esta señora –se preguntó Amón- no tendrá ni un minuto para contestarnos, pero a mí me sobre toda la mañana para escucharla y necesito hacerlo para que me explique a mí y a todos los administrados cómo puede producirse tal contradicción. Ella está obligada a hacerlo”

Yo también lo creo. No solo como periodista, al que le parece necesario que los poderes públicos se expongan y se expliquen, sino como contribuyente que se ha pasado su vida cediendo una buena parte de su salario para que personajes como esta representante política que se niega a dar explicaciones, cumpla con su oficio. Iratxe García cobra de todos nosotros, y cobra un espléndido sueldo por lo que hace. Más espléndido aún en estos momentos en los que el país supera los cuatro millones de desempleados. Su respuesta me pareció como a Amón, una verdadera vergüenza.

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