Opinión

Política, mus y setas

A lo mejor es una percepción personal, pero la nariz me dice que la información política está en retirada. Me he pasado el fin de semana largo en una casa rural de la serranía entre Extremadura y Salamanca, compartiendo espacio y días con un montón de familia que acude de lejos y de cerca y que muestra variopintos perfiles, la mayor parte de ellos ligeramente divergentes como corresponde a un colectivo rico en capacidad, experiencia vivida, ilustración y pensamiento. El debate político apenas ha comparecido en las distintas tertulias de sobremesa, y previas a despedir la jornada, entre excursiones micológicas, partidas de mus y visitas a lugares pintorescos, pueblos con encanto y picos montanos. Ninguno de nosotros sabe ni desea saberse el nombre de los ministros de la Corona, y en el grupo interesa más el corte del excelente jamón que se prepara en el vecino Guijuelo que la batalla por el poder que están escenificando los dos socios de Gobierno a los que no parece interesar otra cosa que su supervivencia y sus sustanciosos sueldos de vicepresidencias, carteras y escaños parlamentarios.

Poco importa en este grupo –y sospecho que en otros muchos grupos- cómo se llevan las vicepresidentas, a las que Moncloa preparó una comedia romántica para representar una reconciliación portuguesa que a nadie ni a nada ha importado y que además es tan falsa como un real de palo. La única verdad que parece aflorar de estos guiones que escriben a muchas manos los interminables equipos de asesores estratégicos en Presidencia es que el pegamento que mantiene enlazadas a las dos partes del Ejecutivo es la propia necesidad de conservarse y ¡ay de aquel o aquella que se exponga a ponerlo en riesgo! Eso sí se paga y no la bondad de la gestión o el número de promesas cumplidas. El resto no importa a los que ejercen esa responsabilidad. Y si no importa a los propios protagonistas del episodio, mucho menos va a importar a los espectadores. El mundo sigue adelante, la fuerza del volcán no cesa, se gestiona mal la política carcelaria, la vigencia de la Enseñanza cae en picado, y la insolvencia en Cataluña no para. Según la información de los diarios, Cataluña será la comunidad española con más insolvencias empresariales en 2021, situación que se pone de manifiesto simplemente con echarle una ojeada al Barça. Pero eso carece de importancia.

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