Opinión

El recorte parlamentario

No está claro quien ha perdido más plumas en este sainete representado en el Hemiciclo del Congreso a juzgar por los comentarios de los periódicos. Se da la curiosa circunstancia de que la prensa de papel ha vuelto a los tiempos gloriosos del siglo XIX en el que los diarios tenían matrícula ideológica fácilmente detectable porque eran los propios directores y sus propietarios –en muchas ocasiones ambas figuras coincidían- los que hacían gala  de su ideales en materia de adscripción política. Los periódicos marcaban una gran parte del debate parlamentario, y tanto los redactores de información de Cortes como los responsables de cada diario -una gran parte de los cuales se había titulado en profesiones que nada tenían que ver con la función periodística y valgan como ejemplo tres grandes, Calvo Asensio que dirigió “La Iberia” era farmacéutico,  Sinesio Delgado que hizo famoso entre otros a “El Madrid cómico” era médico, y Ángel Fernández de los Ríos que hizo de “La Ilustración” el mejor de su época, era abogado- se convirtieron en figuras muy populares y frecuentemente en diputados de los idearios políticos que defendían sus periódicos.

Hoy, los diarios han vuelto a posicionarse  sin aditivo ni colorante en el espectro político y lo han hecho por espesas y no siempre explicables y comprensibles razones que quizá analicemos otro día. Por eso, cada uno ha visto de un modo propio la moción de censura y sobre todo y ante todo, bajo ese prisma la ha valorado. En un análisis desapasionado de la información de sus páginas uno llega a la conclusión de que quien ha ganado ha sido Yolanda Díaz, a la que la opinión adjudica notable importancia para dirimir el panorama parlamentario.

Personalmente no tengo de la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo opinión ni buena ni mala. Sospecho sin embargo que la política gallega ha adquirido un singular precio en el mercado más por lo que su comportamiento puede originar que por lo que en realidad vale, lo que por el momento no es decir mucho pero sugiere lo suficiente para calcular que de la decisión que tome va a depender la composición del grupo de la izquierda parlamentaria y lo que parece aún más interesante, la supervivencia de Podemos al que los dislates de la pareja Montero-Belarra han llevado al caos. Baja Podemos, pues sube Sumamos. Y así…

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