Opinión

Reflexiones sobre 1812

Una nación no es nadie sin su historia y los hechos no se entienden si no se encadenan

Por más que le doy vueltas a la cabeza no acabo de entender por qué los nuevos planes de estudios gubernamentales han decidido sacrificar de un modo semejante una fuente de sabiduría inigualable como la Historia. Según me ha parecido entender de un caótico compendio de susurros y vaguedades apenas inteligible, en los próximos años los estudiantes de bachillerato solo estudiarán el proceso histórico a partir de 1812, como si los dieciocho siglos anteriores –si fijamos el hecho a la vieja usanza utilizando como referencia el pretendido nacimiento de Cristo- no hubieran existido. La primea incógnita es esta determinación que invalida y silencia toda la aventura histórica nacional desde la dominación romana hasta el inicio del reinado de Fernando VII. La segunda es saber por qué 1812.

El año 1812 es el año de la Constitución, firmada y refrendada por los diputados  reunidos en Cádiz el día de San José de aquel año, aprobada y puesta en vigor aunque solo duró dos años escasos porque el regreso del rey Fernando en su elevación al trono la derogó con el Estado reunido en Valencia en 1814. Posteriormente, y obligado por la rebelión del general Riego, volvió a instaurarla y acatarla a regañadientes durante el Trienio Liberal. La llegada de los 100.000 Hijos de San Luis a las órdenes del duque de Angulema restauró el absolutismo de la Corona en 1823. Fernando VII colgó a Riego del palo más alto, prendió, fusiló y ahorcó liberales y los pocos que quedaron, buscaron salvar la vida exiliados especialmente en el Reino Unido. José María de Torrijos y sus compañeros fusilados en la playa de San Andrés en Málaga en diciembre de 1831 son las últimas víctimas liberales de un criminal con corona. El monarca se murió en septiembre de 1833 dejando planteada la primera de tres sangrientas guerras civiles.

Una nación no es nadie sin su Historia y los hechos no se entienden si no se encadenan y se estudian por su orden lógico porque los sucesos están concatenados. No puede entenderse un siglo sin haber estudiado previamente el anterior. La Historia, por tanto, merece saberse porque es fuente inagotable de sabiduría y banco de experiencia que permite evolucionar y corregir errores. Otra cosa es aspirar a manipularla. Sospecho que por ahí va esta demencia. Yo seguiré a lo mío. Que manipulen a otros. 

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