Opinión

Los saltos del conejo

Estamos inmersos en una campaña de elecciones que tiene perfil de campo de minas. El Partido Popular, tan perseguido por los escándalos que le saltan al camino como conejos escapados de una granja, lleva una eternidad peleándose con los recovecos del Gürtel al que le salen ramas de todos los verdores como el olmo viejo al que cantaba Antonio Machado en Soria. Ahora le ha salido un nuevo retoño, el de Rus, que cuenta los billetes en un automóvil y que tiene martirizado a Fabra al que ni escucha ni obedece. Este asunto del alcalde de Javea que le mantiene el pulso a Fabra le puede costar al actual presidente que aspira a renovar su mandato un verdadero disgusto, y su autoridad está siendo cuestionada por un sujeto al que le huele el cuerpo a choto y todos los indicios le incriminan. Hasta su aspecto. Alfonso Rus es un político prototipo que esconde las peores esencias de la vieja guardia del PP, presidente de la Diputación valenciana, alcalde Játiva, presidente de su equipo de fútbol, mangoneador, manipulador y reyezuelo de sus dominios en los que se hace lo que el desea y en los que no tiene ni rey ni dueño. Un cacique a la más pura y dura usanza que no entiende ni de disciplinas ni mandos, que no le da la real gana obedecer, que se encastilla en sus posesiones y al que le han pillado ejerciendo la vieja profesión de cobrar comisiones y arreglar entuerto a tanto la mediación. Todas esas cosas las hace, según se supone de los pinchazos a los que ha sido sometido su teléfono, metido dentro de coche. Un ciudadano ejemplar de esos que ahora le ponen al PP los pelos de punta y parecen salidos todos del mismo molde.

Lo que pasa es que al PSOE que destila peste en Andalucía en cuyo ámbito irrespirable trata de sobrevivir Susana Díaz, le acaba de saltar también otro gazapo de aquellos que uno se topa en la carretera con el coche y se da el gran sopapo.

Mientras los partidos que pueden colaborar con la elección de la ganadora de sus pasadas y adelantadas elecciones discuten con ella el cuándo y el cómo de un pacto en el que entran las cabezas de Chaves y Griñán como objetivos irrenunciables, le explota a la candidata en la cara la adjudicación de una concesión minera en Aznalcóllar a una empresa próxima al PSOE que la jueza entiende que se ha otorgado plagada de graves irregularidades. Menudo escenario para negociar una investidura con Podemos y Ciudadanos. Ya veremos dónde acaba.

Te puede interesar