Opinión

Los sonidos del letargo

La tensa calma política en la que se desempeña el país ha tenido estos días unos cuantos sobresaltos que contribuyen a otorgarle a esta postración de semana en semana, una pizca de rapé para que el animal durmiente abandone, aunque sea por unos minutos, su cálido y confortable letargo. Hay en este escenario de comedia clásica de enredo llena de puertas de salida y entrada, tres argumentos de corte judicial que se llevan por el momento las expectativas más ardientes, aunque a medida que pasan los días decrece el interés por seguirle la pista a los tres a saber, el caso Nôos por una parte, el cerco a Rita Barberá y el PP de Valencia y el procedimiento de los Eres falsos de Andalucía con Griñán y Cháves como cúpula de imputados, algunos de los cuáles ya se han ido a su casa porque sus causas han prescrito. Es lo que tiene abrir procedimientos y no cerrarlos.

De todos modos, estos tres escenarios específicamente relacionados con la sección de Tribunales han ido perdiendo rueda visto que ya nos hemos fatigado de ver a la infanta y su marido en sala –por cierto, vaya sala más triste y desangelada, con sillas de quitar y poner y una mesa de las de saldo con un micro que a veces no funciona y ninguna cosas más para darle un poco de encanto- y en el frente andaluz cada vez prescriben más delitos y el proceso parece condenado a cerrarse a blancas incluyendo a los dos ex presidentes a los que no hay manera de sacarles de su pertinaz postura de a mi que me registren que yo no he hecho nada. Barberá mantiene el pulso de la intensidad informativa muy a su propio pesar, y queda por saber si morirá con las botas puestas o los acontecimientos obligarán a esta mujer que lo fue todo, a morir en casa.

La actividad política que llevaba un par de semanas en coma inducido, debe agradecerle a Podemos que le haya metido un chute de mantenimiento que ha desbloqueado la ensoñación, en forma de bronca mantenida entre Errejón e Iglesias que para Carolina Bescansa no pasa de un ligero desajuste de pareceres pero que eso es normal y ambos se aman. Se aman pero se están matando vivos disputando el poder y eso, amigo mío, es muy serio incluso para aquellos que han dado en llamarse como se llaman en homenaje al uso del poder en clave de colectivo en vez de individual. Es un concepto muy noble pero completamente utópico como ellos mismos están comprobando. Hay muchos intereses en juego, mucho aquí estoy yo, y mucha pasta. Así que, aquí mando yo y los demás a la calle. Pues como en todas partes.

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