Opinión

Terremoto sentimental


Este otoño se avecinaba calentado y tortuoso en el plano político con varios frentes abiertos que ponían las cosas difíciles. Los otoños son, por definición, periodos de tensión social y parlamentaria que comparecen con las cuestiones del debate habituales más en punta y con mayor intensidad que en otros periodos estacionales, seguramente por aquello de que el verano y las vacaciones todo lo calman y cuando se acaba el relax, las guerras se recrudecen y los enfrentamientos cobran un mayor significado en perfecta armonía con el índice de frustración que propone la vuelta a la actividad cotidiana. Sin ir más lejos, este septiembre que nos deja estaba salpicado de espinas, desde la renovación del CGPJ hasta el cambio de dirección en RTVE, desde la crisis energética hasta la rebelión de las comunidades en materias de educación y contribución fiscal, desde la cuestión catalana hasta el oscuro proceder del gobierno balear, desde los augurios sugeridos por las encuestas hasta el avance de la derecha en el panorama continental…

Todos estos planteamientos depositaban sobre el tablero de juego un considerable abanico de puntos de desencuentro entre los dos bloques en los que se divide la actitud parlamentaria,  y proponían un combate  interminable con el horizonte puesto en las próximas citas ante las urnas y la incertidumbre del escenario internacional como telón de fondo. Todo ello,  hasta que ha llegado la ruptura del compromiso matrimonial entre Tamara Falcó e Iñigo Onieva, previamente anunciado en “El Hormiguero” de Pablo Motos, y quebrado dos días después por la infidelidad del contrayente. Entonces, el resto de las situaciones han claudicado ante la potencia de este episodio sentimental que ha subyugado a la sociedad española y ha borrado de un plumazo todas las aristas que sembraban de zozobra la actualidad en la vuelta del curso. 

Unas horas después de que Tamara Falcó se aviniera a anunciar en el programa con el que colabora que ya había compromiso de matrimonio y fecha para la boda, se produjo el maremoto cuando salieron a la luz unas fotos en las que el novio se besaba apasionadamente con otra mujer y el compromiso se quebró en el acto y sin marcha atrás según se advierte. La luz seguirá subiendo, la gasolina también y el CGPJ continuará bloqueado. Ante esta ruptura, lo demás no tiene importancia.

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