Opinión

Las urnas que no mienten

Como es habitual, una cita en las urnas se convierte en obligado desencadenante de una inagotable catarata de juicios analíticos inspirados en sus resultados que se componen no solo de la disección fría y desapasionada de las cifras que arroja la consulta, sino de los registros sentimentales que derivan del reparto que las urnas han deparado. Se trata de la reacción lógica de todos los elementos no estrictamente racionales que se dan cita en procesos tan sujetos a emociones como el de unas votaciones. El pasado domingo, Galicia fue a las urnas y, tras una jornada ejemplar, el territorio se expresó con sus papeletas y otorgó victorias y derrotas cuya calidad e intensidad ofrecieron materia de reflexión no solo para los propios votantes –los 2.693.633 habitantes con derecho a voto reflejados en el censo electoral- sino al resto del país, pendiente y vivamente interesado por lo que podía suceder en Galicia durante la singular jornada.

Y la jornada  ofreció triunfos sonados, alguna relativa sorpresa, y escandalosos fracasos. Coronó a un indiscutible vencedor llamado Alfonso Rueda Crespo a quien confirmó como presidente del Gobierno de Galicia con una mayoría sobrada y al que reconoció como nuevo referente del poder político territorial ya independiente de la tutela de su antecesor Alberto Núñez Feijoo. Premió con el mejor resultado de su historia a una mujer veterana  e incansable curtida y consagrada en un entorno político y social para el que ha trabajado con acierto y devoción durante años llamada Ana Pontón Mondelo, y otorgó un escaño testimonial pero esclarecedor a un producto local llamado Democracia Ourensana que permite a un concejal  municipal y profesor de música llamado Armando Ojea Bouzo, ocupar asiento en Santiago. Los demás son todos ellos, -y en grados que guían escalonadamente al fracaso, el desastre y la irrelevancia- perdedores. En el caso del PSOE, anuncia la hecatombe: en el de Podemos pregona su desaparición anunciada: en el de Vox el cerrojo de Galicia: y en el de Sumar, el rechazo a Yolanda Díaz a la que de sobra ya conocen y no aman sus paisanos. En Fene, su pueblo, obtuvo 304 votos en un censo de 10.895 electores.

Falta Tezanos, que se gasta el dinero del contribuyente en timos vergonzosos. Debería estar cesado fulminantemente. Y quizá le vendría bien, porque terminarán sentándolo en un banquillo por estafa y fraude. Ya hablaremos.

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