Opinión

Los viejos y nuevos métodos

Las nuevas generaciones de políticos que se abren paso en los partidos consagrados y en los emergentes han incorporado las tecnologías de última generación a su tarea, imponiendo un estilo que se traduce, por ejemplo, en otorgarle un gran valor estratégico a las redes sociales. Podemos, que se nutría de gente muy joven de pedigrí universitario, fue el primer partido en usar a destajo y con singular acierto estas nuevas herramienta que las comunicaciones avanzadas ponen a disposición de los políticos para expandir su mensaje, y cabe sospechar que, gracias a esta habilidad para usar lo que en otros ámbitos apenas se había practicado, la nueva formación obtuvo un tan alto grado de penetración en colectivos juveniles y unos resultados tan buenos en las Europeas pasadas. Las redes sociales han mostrado su importancia en esto de depositar mensajes en las masas y ahora todos los partidos y todos los candidatos tienen ya una activa cuenta en cada uno de los soportes en los que se desarrollan las redes sociales. Quien no está presente en cualquiera de ellas e incluso en todas, está perdido.

Pero una cosa es el avance de las nuevas tecnologías en materia de comunicación y su innegable importancia en el proceso, y otra muy distinta, renunciar a las viejas y contrastadas fórmulas. Muchos sociólogos y expertos en materia de comunicación política advertían de la caída a plomo del viejo catálogo, el de los mítines con presencia de líderes y el del paseo por las calles y las conversaciones directas con los administrados. Era de esperar que una población más ilustrada y con mayores accesos a los nuevos soportes despreciara la llamada de los mítines llenos de globos y banderas en cada una de las formaciones. Lo hiciera reflexionando sobre la naturaleza misma de estos actos, programados especialmente para simpatizantes y organizados de modo que cada uno de los presentes escuche aquello que quiere escuchar. En los mítines, el político que toma la palabra juega en casa y la mayor parte de los que están allí ya tienen claro dónde irá a para su papeleta. Así que, como arma de captación, no debería tener más importancia.

Y sin embargo la tiene, y los dos grandes partidos han echado el resto en esta estrategia. Rajoy visitará hasta el sábado todas las comunidades de España y Sánchez hará lo mismo. Es más. A medida que avanza la campaña, ambos parecen robustecer su oferta y recuperar posiciones. Por algo será.

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