Opinión

Consentimiento, ¡siempre!

Me resulta descorazonador tener que escribir sobre lo que está sucediendo por culpa de la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual conocida como la ley del “sólo sí es sí”, presentada por Podemos en un intento de convertirse en el partido defensor de las mujeres con el beneplácito del Partido Socialista de Pedro Sánchez. 

No voy a entrar en las cifras al detalle porque ya las escuchamos todos los días y son estremecedoras. Es obvio que la aplicación de esta ley ha causado un auténtico desastre y no será por no haber avisado…

Pero tanto Podemos como el Partido Socialista justificaban su urgencia por sacar adelante ese esperpento diciendo que las mujeres no estábamos protegidas por culpa del patriarcado, de los jueces y un largo etcétera ante el estupor de quienes siempre trabajamos seriamente por las mujeres bajo el arco de las distintas ideologías políticas.

Es asombroso que aun ahora, después de ver su estruendoso fracaso, siguen echando la culpa a los demás. Pero los hechos están ahí y la realidad evidencia que esta ley, al ser aplicada, tan sólo ha generado sufrimiento y angustia a las mujeres que se han visto más desprotegidas que nunca al ver cómo a sus agresores -cerca de 400- se les rebajaban las penas y, en muchos casos -casi 40 de momento- salían a la calle causando estupor en toda la sociedad española.

Es obvio que las mujeres no preocupan lo más mínimo a la ministra de Igualdad, que sigue aferrada a su puesto intentando sacar adelante contra viento y marea más leyes con las que seguro generará más problemas. Es experta en ello, ya ha quedado suficientemente claro.

Todos sabemos que, pese al discurso negacionista del Gobierno socialista, la legislación anterior protegía a las mujeres. También sabemos que todo es mejorable, pero este Gobierno ha empeorado todo a un nivel impensable e imperdonable.

Sacarse de la manga esta ley del “sólo sí es sí” ha causado un daño enorme a las mujeres de España. Y no es solo que hayan liberado a sus agresores y les han rebajado penas, ¡es que les han dado alas! 

 Y no queda ahí la cosa. Lejos de reconocer sus errores, Pedro Sánchez ha dejado que sean las mujeres socialistas las que pongan la cara por él, no así la vicepresidenta, Yolanda Díaz, que ante tal marrón ha pedido discreción y ha salido de puntillas y sin hacer ruido. 

Nadie del Gobierno ha reconocido haberse equivocado pero la ministra de Justicia, Pilar LLop, se ha autoinmolado para salvar la cara del presidente y hasta eso le ha quedado feo a Sánchez. Ha utilizado a una de sus ministras para que asumiera el fallo y reconociera el enorme coste social y político del haber legislado a capricho y sin cordura para dar oxígeno a Podemos. 

Y vienen más leyes aprobadas con la velocidad del rayo, pero también con avisos previos y advertencias ignoradas. Me temo que pronto me tendréis por aquí de nuevo.

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