Opinión

Sinfonía de la Salud Pública en Ourense: el Dr. Míguez

Mi admirado y  querido director, profesor y amigo el Dr.  D. Luis Rodríguez Miguez, compostelano y ourensanos de acogida desde hace muchos años, se ha ido definitivamente,  dejando muchas huellas imborrables en el ámbito que nos unió, en la Salud Pública de esta provincia, en tantas notas que sus partituras reunieron. 

Desde el año 81, en el que comencé mi andadura profesional en este ámbito sanitario en la Avenida de Zamora, en la que él ejercía como director de Salud de Ourense, cambiaron estructuras orgánicas, competencias, funciones, dependencias, e incluso el edificio que nos albergaba, pero la gran sinfonía que él compuso como pionero en el concepto y defensa de la Salud Pública y Medicina Preventiva, con las melodías y los acordes de la vigilancia epidemiológica, de la sanidad ambiental y la seguridad alimentaria, el fomento del acercamiento y la formación en promoción y protección de la salud al personal sanitario de la provincia, la difusión de información sanitaria a la población, permanecen y permanecerán siempre sonando en el recuerdo del constante tempo en el que compañeros, discípulos y aprendices de la gran armonía de la Salud Pública interpretamos cada día bajo su dirección exigente, estimulante, concisa, intuitiva, innovadora, pero también cálida y armoniosa. 

Con él aprendimos diferentes tonos de alerta para afrontar situaciones no esperadas, a manejar su  investigación, a averiguar causas y formas de transmisión  y a tomar las medidas de control adecuadas ante brotes de brucelosis humana, endémica en la cabaña ovina de aquellos años, de tuberculosis, de saturnismo transmitido por el plomo de algunas canalizaciones caseras de agua o por los barnizados de algunas cerámicas , de amebiasis transmitida por su importación  desde un país endémico, o del devastador síndrome tóxico por el aceite de colza que también pasó por Ourense; y sintonizamos melodías de fondo para actividad cotidiana, la planificada y programada diariamente en los programas de sanidad escolar, con los reconocimientos a los alumnos de la provincia, el programa  de vacunaciones, la promoción de la salud bucodental, el control de las zoonosis o la vigilancia de la salud alimentaria y la sanidad ambiental . 

Su trabajo no  se limitaba a lo  cotidiano, a lo programado, a lo exigido, porque innovó, mejoró y colaboró en la redacción de muchas normas sanitarias adaptadas a Galicia entre otras las  relacionadas con la Sanidad Escolar, el Reglamento de Cementerios o  la puesta en marcha del primer registro de tumores provincial en el año 85. 

Fue el mecenas, el compositor de la gran ópera de la Hidrología Médica en Galicia y de la Balneoterapia en nuestra provincia, para lo cual organizó múltiples jornadas y congresos autonómicos, nacionales e internacionales en Termalismo e Hidrología, acercándonos a virtuosos en esas materias y siempre visibilizando los recursos mineromedicinales de esta provincia, por lo que recibió las más altas distinciones de ciudades termales como Carballiño.

Su labor docente fue extensa y continuada, y en ella, con fe y convicción, nos permitió a sus colaboradores interpretar  con él la organización y el desarrollo desde la Escuela Departamental dependiente de la Escuela Nacional de Sanidad que dirigió, multiples ediciones de cursos de diplomados en Sanidad, de Salud Pública , de Sanidad Escolar, de Geriatría ,  de Control de la Tuberculosis, de Brucelosis, de Sanidad Ambiental… Todos ellos dirigidos a acercar la sintonía del conocimiento en estas materias preventivas, a los profesionales asistenciales dispersos en  la  atención primaria provincial: médicos, enfermeros, auxiliares sanitarios, pero también a otros profesionales  indispensables en la Salud Pública, como veterinarios o farmacéuticos.  
El Dr. Miguez se fue, pero la Salud Pública que guió, sintonizó y enseñó a afinar a tantos profesionales que tuvimos la gran suerte de aprender a interpretar con él, continúa y seguirá sonando siempre. 

Con su singularidad inigualable, sus aptitudes, su  profundo conocimiento científico, su  labor de innovación preventiva permanente y la virtud que le acompañó en la dirección y capacidad de transmitir,   ha sido capaz de donar un gran e irrepetible legado en nosotros, sus discípulos, compañeros y amigos. 
Gracias, Maestro. D.E.P.

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