La primera calle que se peatonalizó en España fue la calle Preciados, una de las más comerciales de Madrid, en los años sesenta del siglo XX, con los almacenes Galerías Preciados a la cabeza. Hubo fuerte rechazo de algunos comerciantes , convencidos de que era el fin de sus negocios. Cuando en Ouresne se peatonalizó la calle del Paseo varios años después, hasta hubo un comerciante-concejal que se puso a picar el asfalto para evitarlo. Hoy, ni los comerciantes del Paseo ni los de Preciados admitirían un coche por allí. Cincuenta años después, la peatonalización de la hermosa plaza de Celanova inexplicablemente causa las mismas reacciones de algunos comerciantes. Tengo la costumbre de llevar a mis amigos turistas a conocer Celanova porque es bonita, tiene vida y la gente es agradable, y todos dicen lo mismo ¿qué pintan aquí los coches? Es que resultan chocantes delante de la fachada del Monasterio y caben tan pocos que ni siquiera resuelve el problema de aparcamiento, cosa que Celanova tiene bastante bien resuelta.
Cada vez que me tropezaba con un alcalde de Celanova le hacía la misma pregunta: ¿Cuándo quitáis los coches de la Plaza? Todos veían normal la pregunta pero ninguno se atrevía a dar fecha y hubo uno que me contestó: “Espera que pasen las elecciones”. Naturalmente perdió. Hace un mes le hice la misma pregunta al actual alcalde, con la promesa de que el día que lo hiciera le dedicaba una columna. Aquí está, felicidades por el atrevimiento y una súplica: no llenéis la plaza de terrazas, San Rosendo os lo agradecerá y los turistas seguro que también.
