Opinión

El placer de caminar con Don Eligio


En 1999 la Asociación de Amigos de la Vía de la Plata de Ourense publicaba la primera guía de ese camino desde Puebla de Sanabria, con el sobrenombre de “Camino Mozárabe “. Del texto se encargó la que esto escribe y fue un texto redactado casi al mismo tiempo que un grupo de gente capitaneada por Oscar Sánchez Ruido, Lalo Pavón, José Manuel Quintas, Deben, Lamelo y otros recuperábamos caminando lo que suponíamos fue el camino por el que los españoles del sur del país llegaban a Santiago evitando la lejanía del Camino Francés.

La Xunta aún no había reconocido ningún recorrido completo -tardó varios años en hacerlo- y nuestros conocimientos científicos eran más bien escasos, pero tuvimos la suerte de contar con don Eligio Rivas. El buscó las fuentes históricas y literarias que justificaban la existencia del camino y daban credibilidad a la guía. Pero don Eligio hizo mucho más que rebuscar en archivos y textos históricos. Caminó varias veces con el grupo y era un gusto escucharlo mientras caminábamos. Avisaba si el pájaro que cantaba en los amaneceres era O Pito Rey, el Mirlo Tornillo o el ruiseñor. Conocía la especie botánica y la familia a la que pertenecían las plantas que rodeaban el camino, contaba historias populares de los vecinos de los pueblos por los que pasábamos. Explicaba que distinguía una fuente de “mergullo“ de las demás.

Con él, caminar se convertía en un derroche de sabiduría y conocimiento. Su afición a caminar la arrastraba como niño de aldea que era y la cultivó en Inglaterra donde vivió varios años. Por eso no nos extrañó que el día que Quintás y Celsa, sus amorosos cuidadores de los últimos años, le preguntaron si necesitaba algo, pidiera únicamente unas botas para el camino.

 Don Eligio siguió caminando con la Asociación hasta que se lo impidió la enfermedad. Buen camino, don Eligio, fue un placer caminar a su lado. 

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