Opinión

La cueva de Salamanca


Querido lector, si va a esa hermosa tierra y no lo ha hecho, pregunte por la famosa “cueva de Salamanca”. Sobre ella existe una leyenda recreada por Cervantes, Calderón y Walter Scott, entre otros. ¿Pero, que tiene esa cueva, que no es cueva, si no cripta de la Iglesia de San Cebrián, desaparecida en el siglo XVI? Pues que sobre esa “cueva” existe una leyenda ideal para amantes de lo oculto. Se dice que en ella, el diablo daba clases de magia con base en el numero 7. Siete días, siete alumnos, siete años. A esas lecciones satánicas asistía como discípulo aventajado el mismísimo Marqués Enrique de Villena. 

¿Pero quién era el maligno? La creencia popular daba esa categoría a Clemente de Potosí, que se decía iba disfrazado de sacristán, aunque en realidad Clemente no era más que un especialista en juegos de manos, con los que engañaba a los incautos y sacarles el dinero. Era como un “sacamuelas de feria”, o cosa semejante. Como curiosidades, Recueil des Histoires de Troyers, de autor anónimo, atribuye a Hércules la fundación en Salamanca de una escuela en la que enseñaba nigromancia y otras artes del mundo del misterio, sin olvidar, que en determinados países hispanoamericanos se denomina salamanca a lugares en los que se cree que las brujas celebraban sus aquelarres. Pero sigamos. El marqués de Villena, que a fuer de buen estudiante asimiló perfectamente las enseñanzas del diablo, se saltó las normas que regían la ”academia”, las cuales eran que al final de curso se echaba a suerte quién pagaba el gasto de todos, y una de las veces le tocó a él. 

Pero se negó a pagar, y para escapar de las venganzas de su preceptor, se escondió en una tinaja de la que escapó veloz en la negrura de la noche, olvidando su sombra. Pasado un siglo, se supo nuevamente del marqués, como avezado en aquello que tuviera que ver con artes exóticas como la magia, la hechicería y la astrología, temas de sus libros, que por orden del Rey Juan II, fueron devorados por el fuego. Pero ¿y qué pasó con su sombra? Ah, queridos lectores, él creía que se había salvado, pero para su mal, su sombra quedó atrapada dentro de la tinaja, de la que Lucifer la sacó para hacerla suya, y el marqués quedó en su poder para toda la eternidad. Recordemos que los mitos y leyendas siempre se mueven entre fantasía y realidad. En esta se cuenta con seres reales.

Te puede interesar