Opinión

En el detalle

No hace tanto tiempo, cada temporada cambiaban las modas con unas líneas que diferían de las anteriores. El vestuario, calzado, peinado,  maquillaje… Ahora, aunque hay tendencias que se siguen como norma del momento, cada cual lleva aquello con lo que se encuentra mejor. Pantalón largo o corto, ancho o estrecho, pata de elefante o bombacho, camisetas y blusas de todo tipo, abrigos de verano de encaje, de tela, de punto, al gusto, como los colores que lucen en todo su esplendor, sin renunciar al blanco o negro y demás tonalidades. El calzado es el que más radicalmente ha cambiado. Del zapato estrecho y tacón alto se ha pasado casi en términos generales a la “tapa baja”, y sobre todo, a los tenis más variados, que garantizan una pisada segura, blanda y cómoda, y sobre todo más beneficiosa para los pies y por tanto para la espalda. Lo que quiere decir para todo el cuerpo, vaya. 

Por supuesto todo o nada tiene que ver esto con la elegancia. Porque la distinción es algo con lo que se nace, aunque también se puede llegar a tener sin ser innata. Todo es cuestión de saber elegir, y principalmente de sentirse uno bien con lo que lleva. La elegancia no requiere de más dinero, ni de poses, ni de extravagancias. Más bien tiene que ver con la forma no sólo de vestir, sino con la educación, la gentileza, la gracia, el saber estar, el respeto y la empatía. Las personas elegantes se caracterizan por su sencillez y su armonía. La moda en sí nada tiene que ver con ella, ya que evoluciona y se adapta a los cambios sociales, culturales y cambios de vida. Tan pronto adora la arruga, como los rotos, desgarros, o mínimos de playa en la ciudad. 

La elegancia es una cualidad personal que genera la confianza en uno mismo, y se trasluce en lo que se llama estilo y belleza. 

En Ourense se encuentra muy a menudo. Hay gentileza y clase. La mayoría demuestra, cada uno en su idiosincrasia, lo que es el vestir y lo que es el agrado, y viste a sus hijos con encanto. Sí, en Ourense hay elegancia, y un ejemplo claro es mi amiga Marina. Yo diría que Marina pertenece al grupo de los más destacados en este aspecto. Es toda una señora, una mujer que se destaca en el vestir y en su forma generosa de expresarse con los demás. Y es que, la elegancia, como la riqueza, la pobreza, o el amor, aunque se quieran disimular, siempre aparecen en el detalle.

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