Opinión

Esencia y paciencia

Llega a mis manos un libro muy pequeño, publicado en 1994 por Simbad Edidiones, titulado “Introducción a las esencias florales”. Su autor, José Salmerón, informa en él del alivio y remedio para males, tales como el temor, la incertidumbre, el desinterés, la soledad y el abatimiento, entre otras muchas particularidades, por mor “de que las flores transmiten su esencia o parte más íntima y sutil, mediante el tipo de preparación de las mismas”, según Edward Bach (1886), médico cirujano, bacteriólogo y homeópata, entre otras varias disciplinas. Las flores son el color, la gracia, el aroma y adorno del mundo, una riqueza silenciosa, sutil, y necesaria para el alma. 

El escritor del pequeño libro aclara que el término “esencia” se usa también en la terapia mediante el olor, algo muy importante. Y ahora viene la pregunta retórica, ¿tiene todo esto que ver con la perfumería, y productos varios de belleza y otros componentes dedicados a la casa? Sabido es, que la limpieza y los afeites dan seguridad, complacencia y bienestar a la persona. Pero, ¿qué magia, qué misterio, tienen las flores? No hay ornamentación más bonita e imprescindible, lucen con todo su esplendor en los actos más relevantes, en las mesas de gala, en las bodas… Insustituibles por la delicadeza de sus formas y sus brillantes tonos. Si su “esencia” puede hacer tanto efecto en la persona, e incluso en los demás seres vivos, como parece se ha demostrado, puede que su mundo sea uno de los más primorosos que existen en la tierra. 

Pues en relación con ese universo tan hermoso como exótico y extraño, se ha descubierto la denominada “Flor de la paciencia”. Si en nuestra cultura la paciencia está considerada como una virtud, ésta también está presente entre las plantas que nos rodean. Esta flor (Rumex patienta) también conocida como acederón, pertenece a la familia de las poligonáceas y es parecida a la acedera, aunque se distingue porque sus flores son hermafroditas y sus hojas más anchas. Pero, ¿por qué se le llama “Flor de la paciencia”? ¿Qué tiene de extraordinario en comparación con las demás? Pues lo hay, queridos lectores. Quien así le puso el nombre tenía sus razones. La “Flor de la paciencia” florece cada 7 años y tan solo vive 7 días. Y mientras, transcurre el tiempo de la oscuridad, ¿duerme, piensa, sueña, siente, murmura en espera de la luz?

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