Opinión

Homo homini lupus

Aveces da dolor leer ciertas noticias. En su obra “Asinaria” escribió Plauto (254-184 a.C.) una frase que hoy es de domino popular: “Homo homini lupus” que significa que el hombre es un lobo para el hombre, como referencia a lo que es capaz de hacer el ser humano contra sí mismo. La frase es maravillosa al definir tal concepto. Pero con todo respeto hacia Plauto, creo que con toda su sabiduría debió especificar que el lobo solo ataca si le acosan o tiene hambre. Hambre: instinto vital brutal. Sus ataques quedan pues explicados y justificados dentro del contexto en los que suceden.

Sin embargo el hombre, utilizo el genérico, hace daño por deporte, ataca por soberbia, y tortura por placer. Si no lo hace con las personas en los países en los que rigen las leyes que regulan el respeto y el derecho de los humanos, lo hace con los animales que hasta ahora a nadie se le ocurrió que no son cosas, sino seres vivos que sienten, nos ayudan a vivir, aman y sufren. Parece ser que ahora, debido a la sensibilidad de determinadas personas, afortunadamente cada vez formando mayores agrupaciones, han podido conmover, sino de verdad, al menos de cara al exterior, a los responsables de determinar de una vez, que no se les puede hacer sufrir. Así, al menos en algunas localidades se pena con multas a quienes lo hagan, e incluso con la cárcel como en Mallorca.

No vamos  entrar en las gravísimos prácticas cruentas que ha movido a poner en marcha tal legislación, que honra a quienes la han puesto en marcha. Y no vamos a entrar en ellas por la vergüenza que provoca pertenecer a una raza que se solaza con la sangre y el dolor de los seres inocentes que no pueden defenderse, y la constatación de que los animales son infinitamente mejores que los que se llaman pensantes.

Ningún animal mata por placer, ninguno. En otros sitios como Madrid, la legislación pena todo tipo de abusos con esos seres indefensos, menos aquellos que puedan servir para deportes o festejos. Increíble. Como si los que son elegidos para el placer y la risa, no tuviesen sistema nervioso y por lo tanto no sintieran dolor. Gravísimo error hacer tales distinciones que dejan a la sociedad en un plano bastante bajo en el sentido de la evolución cívica. Las medias tintas no dicen nada favorable sobre quienes se quedan a medio camino en cuanto al sentido de la justicia.
 

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