Por qué no? Cosas más extrañas se han visto. Dice un equipo de científicos estadounidenses que la Tierra puede ser una entidad inteligente. Expertos que trabajan sobre la inteligencia planetaria se preguntan que, si el planeta que nos acoge puede estar vivo, ¿es posible que también tenga una mente propia? En un artículo publicado en el International Journal of Astrobiology por el citado equipo, se explora esta pregunta y su posible respuesta, adentrándose en el dominio del conocimiento y cognición de la Tierra.
Asimismo, se evidencia que la comunicación existente entre el mundo subterráneo de hongos y raíces que podrían ser muestra de la gran inteligencia invisible “que altera profundamente la condición de todo el planeta”. Según esto, los cambios climáticos no serían de mayor e irreversible peligro para el equilibrio ambiental y la vida de los humanos, ya que la Tierra se adaptaría por su capacidad de inteligencia. La investigación aborda también el tema de los extraterrestres, puesto que si se trabaja para mejorar las condiciones ambientales, será mucho más fácil la búsqueda de otros seres que pudieran existir en el universo.
Según Adam Frank, profesor de física en la Universidad de Rochester y coautor del citado artículo, deben de haber alcanzado el nivel de una “verdadera inteligencia planetaria”. Sin duda, estas investigaciones despiertan la imaginación, la curiosidad, el respeto y la conciencia, sobre lo que esconde el suelo que pisamos, a la vez que invitan a mirar con mayor profundidad la importancia de lo que nos ayuda a vivir. Al mismo tiempo, nos hacen reconocer nuestra pequeñez ante la inteligencia que parece ser que no es exclusiva del ser humano, y que lo más probable es que se extienda hasta los confines del universo.
Mientras todas estas grandes teorías cada vez son más reales y cobran más sentido, el mundo se entretiene en juegos varios y empequeñecedores, sin percatarse de que hay maravillas más importantes a las que mirar. Todas las personas han reparado alguna vez en que la Tierra ha pasado por diferentes etapas de destrucciones naturales, por ejemplo, las glaciaciones, y que de todas ha sabido y podido sobrevivir con más fuerza y vigor. No gratuitamente, contemplemos a los dinosaurios, pero la naturaleza siempre resurge esplendorosa, viva y fresca, frente amenazas de todo tipo y jaez.
