Opinión

El libro de las maravillas

El mundo que nos rodea es como un libro maravilloso que se abre a nuestros ojos empañados por tantos problemas que nos impiden leerlo. No obstante, dados los confusos tiempos que corren y las sombras futuras que se intuyen, es conveniente relajarse un poco para que la noche nos coja un tanto sosegados. Así que ojeamos el libro de las maravillas que nos dice que el ser humano es muy importante, pero que todo lo que respira a su alrededor, lo es también en grado sumo aunque lo ignoremos, y mucho más cercano a la humanidad de lo que pudiera parecer.

Todos sabemos que cualquier adulto o niño que se siente ignorado, o cree no ser suficientemente atendido, hará miles de cosas para llamar la atención de los demás y lograr sus propósitos.

Bueno, pues eso es precisamente lo que hizo Al Hin, al considerar que las raciones de comida que le servían no eran suficientes para quedar satisfecha, por lo que se le ocurrió fingir un embarazo para recibir doble ración. Ustedes se preguntarán ¿y quién es Al Hin? ¿Una joven? ¿Una adolescente?

¿Una fantasiosa? Pues no. Se trata de una osa panda gigante, que no se contuvo lo más mínimo a la hora de pretender más pitanza y un habitáculo individual con aire acondicionado, además de los mimos pertinentes que demandaba su “estado”, las 24 horas al día. ¿Picaresca o cuestión psicológica? Por otra parte, se suele decir de las personas buenas, que tienen un corazón de oro, o que son todo corazón. Dichos que no admiten el plural, porque sólo se tiene uno. Eso quien lo tiene.

Sin embargo hay un animal diferente al humano, pero muy cercano a sus peculiaridades. Es fuerte, muy inteligente, tímido y valiente, puede escuchar sonidos difíciles de captar por los demás, y tiene harta capacidad para el aprendizaje. La hembra del susodicho, siempre da la vida por sus hijos. Se trata del pulpo. Sí, ese cefalópodo que en cada uno de sus ocho brazos tiene un pequeño cerebro que conecta con el principal, situado en la cabeza. O sea, que posee nueve cerebros, además de ¡tres corazones! De ellos sí se puede decir ¡tiene ocho corazones de oro! Porque sin duda es bueno para su especie. También hay animales que controlan su fertilidad, otros que se emborrachan, y otros que además, se automedican.

Cierro el libro mágico por hoy. Pero ¿no creen ustedes que merece la pena abrir sus páginas de vez en cuando?

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