Anoche soñé que volvía a Manderley. Estaba ante la verja de hierro. Pero no podía entrar. Entonces, me invadió un poder sobrenatural, y atravesé la verja”. Esta es la frase inicial de la famosa novela “Rebeca”, de Daphne du Maurier. Los sueños… Calderón nos dice que la vida es sueño, que todos soñamos lo que somos aunque sin entenderlo. Y que dentro de ese sueño, la vida es “Un frenesí, una ilusión, una sombra, una ficción”. También soñamos despiertos. No podemos vivir sin ensueño y deseo.
¿Qué son los sueños? Hay muchas teorías sobre ellos y sus significados. Castilla del Pino, Sigmund Freud, y tantos otros expertos de todo el mundo, escribieron grandes tratados sobre tal particularidad. Intentaron entrar en ellos, abrir puertas a ese mundo ignoto, pero la verdad queda encerrada en el subconsciente del que sueña. Igual que se viven y se sienten, se olvidan. Los sueños son las horas extras de la mente creativa aderezadas con toda clase de elementos y personajes que conforman las aventuras involuntarias que nos proponen e imponen. Y que a veces, con el tiempo, tan complejo es el ser, que no puede ni sabe distinguir entre el misterio de lo soñado y lo que se entiende por realidad.
No puede elegir. Horas extras de la imaginación que trama en el lado oculto y que no sabemos si tenemos que pagarlas. De hecho hay personas que se despiertan llorando y otras con alegres carcajadas, y ambas han de esperar un tiempo antes de reaccionar y situarse de nuevo en el mundo real. ¿Real? Ahora también esto se cuestiona en parte debido a los descubrimientos de la neurociencia, aunque las últimas investigaciones aseguran que sí, que todo lo que se percibe es auténtico. Pero, ¿quién sabe? En todo caso no queda más remedio que volver a Calderón. En fin, queridos lectores, sueñen, sueñen, pero procuren acostarse con el pensamiento puesto en algo alegre y lisonjero. Esto puede que guarde entre sus párpados el hilo que les pueda conducir a un buen descanso y una experiencia placentera. Juguemos con los poetas: dice Borges: “¿Quién serás esta noche en el oscuro sueño, del otro lado de su muro?”. Jorge Narváez C. escribe: “En mis sueños soy otro/ que se acerca a los que quiero ser. / Un poco como yo./ Un poco como debería ser”. Y Allan Poe nos recuerda: “Todo lo que vemos o parecemos / no es más que un sueño dentro de un sueño.”
