Opinión

Monstruos

Muy a menudo en este espacio cito la mitología griega o la romana, que viene a ser copia de la primera. Y me decanto por los pasajes maravillosos o terribles que, como pasa con los cuentos infantiles, encierran ejemplos y enseñanzas que sirven para la preparación de la vida. En las mitologías, leyendas, y cuentos infantiles, existen los encuentros con seres de todo tipo y características, creados por la fantasía humana, pero a la par, por el sentido de la realidad. Así, el mundo de la infancia está poblado de hadas, gnomos, brujas, gigantes, animales que hablan y accionan con inteligencia… 

En las mitologías y leyendas, con peculiaridades diferentes, se hallan también en acción los entes relacionados con todas y cada una de las fuertes pasiones que mueven y conmueven el mundo. Pero, como en la realidad, en ellas existen los monstruos que cumplen su cometido como obstáculos contra los héroes, para que estos, a través de penalidades, luchas y sufrimientos, los venzan, alcancen la victoria, y así cumplan los suyos. Los monstruos mitológicos tienen singularidades físicas terroríficas, y poderes extraordinarios que desafían al valor, incluso de aquellos protegidos por los dioses. Cada personaje tiene su sentido, su razón de ser. Cerbero, o Cancerbero, entre otros muchos, era el perro que guardaba el reino de Hades, dios del inframundo. Tenía tres cabezas y una serpiente en vez de cola. La esfinge tenía rostro de mujer, cuerpo de león y alas de ave. Traicionera y despiadada, devoraba a quienes no acertaban la respuesta a sus acertijos. 

A las Arpías las transformaron en genios del mal, con aspecto de aves de rapiña, rostros horribles, orejas de oso y garras afiladas. Medusa convertía en piedra a quienes la miraban a los ojos. Al fin, fue decapitada por Perseo. Los ciclopes eran caníbales. Sólo tenían un ojo en la frente. El más famoso es Polifemo, que apresó a los hombres de Ulises, a los que cebaba con malas intenciones, pero el ingenio del héroe dejó ciego al gigante, con lo que los libró de ese terrible final. También hay monstruos del mar y del aire. Pero sirvan estos pocos como ejemplos. Y es que los monstruos siempre han estado presentes en la literatura y en las mentes, que es de donde salen. Es muy posible que si reparan en ellos, queridos lectores, lleguen a reconocer a alguno, escapado de su hábitat.

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