Antes del homo sapiens, y a la par, hubo otras inteligencias en el planeta, al margen de los otros seres que sobrevivieron a todos los avatares que trajeron los siglos, y evolucionaron con el ser humano hasta llegar al día de hoy. Hay un artículo interesantísimo en el que se recogen los resultados de los estudios sobre los neandertales, llevados a cabo por investigadores y científicos tan importantes como Peter C. Kjaergaard, profesor de historia evolutiva de la Universidad de Copenhague, Marca Maslin, profesor de Ciencias del Sistema Terrestre, UCL, y Trine Kellberg Niesen, profesor del Departamento de Arqueología de la Universidad de Aarhus. El artículo ha sido publicado por “The Conversation”. A través de él, se puede entrar en ese universo tan desconocido pero que siempre ha avivado la imaginación. Si se contempla el cuadro del Artista Tom Björklund en el museo de Moesgaard, en el que se representa a uno de los calificados subhumanos, parece que no eran tan diferentes a los humanos actuales. De hecho, ambos compartieron el continente europeo durante unos 14.000 años en los que se encontraron varias veces e incluso “llegaron a aparearse entre sí”. Su descubrimiento tuvo lugar en 1856, tras haberse extinguido hace 400.000 años. En cuanto a su desaparición no está clara, pero se supone que en ella se conjugaron varias circunstancias, como la última edad de hielo que debió de influir en la escasez de la alimentación, tanto de origen animal como vegetal, la competencia entre otros depredadores, y demás factores definitivos. Eran muy pocos, y vivían en grupos muy limitados, como de 15 individuos. De haber sido una población mayor hubieran podido resistir tal vez mejor. Es sumamente interesante conocer, dentro de lo que puede lograr la ciencia, cómo eran aquellos seres que luchaban contra los terribles elementos naturales, inimaginables, para sobrevivir. Pero lo más importante de estas investigaciones es la especulación de que muchos neandertales, podrían “haber sido asimilados a los grupos más grandes de `Homos sapiens´”, como señala el artículo, en el que también se destaca que a su paso dejaron numerosos rastros que los expertos de hoy pueden examinar, miles de años después de su extinción. Ahora, por conocimiento científico, se nos ofrece la ocasión de tener el gusto de conocer a nuestros predecesores.
