Opinión

Opciones varias

Las opciones para que elijan las personas son múltiples y variadas. Los hay que optan por enriquecerse aquí y ahora, sin importar el cómo, dónde, o el daño que produzcan sus acciones. Los que no dan valor a la vida, y destrozan la suya y las de los demás. Los que matan, trafican con sustancias nocivas…
Pero hay otras opciones en las que se sueña, se pone el empeño y a veces se arriesga la propia vida. Científicos que se van a la soledad de los polos terrestres para estudiar, aplicar y comprobar experimentos. Los que bajan a las grutas ignotas de la tierra para explorar sus misterios. Los que se lanzan al espacio para estar cerca de las estrellas. Los que en los laboratorios desvelan prodigios que no se conocían pero que siempre estuvieron allí. Los que ven la belleza de las cosas y les infunde el soplo del arte para que el mundo sienta emociones infinitamente más profundas de las que se pueda imaginar. Los profesionales de todo tipo que cumplen honradamente con su trabajo. Y todavía hay más. Aquí podríamos citar a quienes se tiran a las vías de un tren para salvar al que se ha caído, a los que lo arriesgan todo lo que son para salvar a personas o animales en peligro, ya que la vida sólo es una, aun si se tienen en cuenta las prioridades. Los que sin pensarlo se arrojan al mar para evitar un ahogamiento, los voluntarios que se van lejos a curar y a educar a los desheredados del mundo, y los seres que anónimamente hacen toda clase de bien sin recompensa material alguna, sólo la satisfacción de sentirse solidarios con quien lo necesita, y los que acogen, limpian y dan de comer a quienes nadie quiere ya. Para todo esto hay vocaciones tardías y tempranas.
Hay quienes lo piensan y quienes lo sienten como un impulso idealista. Ahora llega hasta mí la noticia de que Carmelo Gálvez Alvariño, que estudia 1º de ESO en el Seminario Menor de Ourense, ha recibido el primer premio del Concurso de Cuentos de la Infancia Misionera, por la letra de un rap, de la que es autor, y la estupenda interpretación del mismo. Chico moderno, de su tiempo, pero que sueña con ser misionero, ayudar al prójimo, entregarse a la solidaridad, a favor de aquellos que precisan de toda ayuda. Él ha optado. Enhorabuena a Carmelo, a sus padres Aurelio Fco. Gálvez y Mª Teresa Alvariño. Y como no, a los demás ganadores, Andrea, Carmen y Adrián.

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