Opinión

Perdidos

El tema a comentar me recuerda la famosa canción de la zarzuela del maestro José Serrano, “Alma de Dios”, que entre otras cosas dice: “Canta vagabundo tus miserias por el mundo, que tu canción quizá el viento llevara, hasta la aldea donde tu amor está”. Y aquí entro en el asunto, por aquello que supone la tristeza de andar por la vida sin hallar un lugar donde anidar. Pero en este caso no me refiero a personas sino a setenta planetas que los científicos han descubierto, vagando por el universo, sin límites definidos. Setenta planetas perdidos sin un sol por muy chiquito que fuera que, generoso, los ilumine alguna de vez y los redima de su oscuridad perpetua.

Ciegos por caminos que desconocen en la inmensidad que los rodea. Según CNET, “Es el grupo más grande hasta ahora de orbes solitarios sin hogar”. Todo en el mundo conocido y que la ciencia nos muestra, es una réplica que se multiplica dentro y fuera de la tierra, dentro y fuera de los humanos, en los momentos en que se encuentran perdidos, sin un rayo de claridad, sin un lazarillo que les lleve de la mano y les diga “es aquí, párate, piensa, palpa a tu alrededor, búscala, porque siempre hay una salida”. Y siempre la hay. No es buena la soledad si no se desea. No es buena la oscuridad, en este caso, a la que los científicos han accedido en sus investigaciones y que reinan en algunas e inmensas regiones del cosmos. En una de ellas, estos setenta planetas van a la deriva. Qué tristeza tan grande, qué pena dan, porque la imaginación humana les dota de vida semejante a la suya.

Es algo irremediable porque no hay modo de salir de la propia sombra. Y esto me lleva a pensar, que no perdidas, pero sí solas, por diversas razones y circunstancias, muchas personas viven en la más completa incomunicación, sobre todo los ancianos que quedaron atrapados en el limbo de las nuevas tecnologías, personas sin familia, personas desarraigadas, personas abandonadas. Sí, abandonadas. Vivimos en el mercado de la oferta y la demanda, y las sociedades occidentales, por lo que sea, se han hecho mayores, muy mayores en años. Y en el desequilibrio, han llegado a crear planetas vivos de un mundo que los ha dejado fuera del sistema solar, o ellos se han alejado de él, en la confusión de una oscuridad que por diversos motivos, en cierto momento, el sol que los cobijaba, se apagó.

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